“El interés por la cuestión ambiental no es fruto de una moda, se remonta a los primeros siglos de la Iglesia”
El catedrático Emilio Chuvieco impartió los días 9 y 10 de enero en la Universidad de Navarra el curso ‘Descubrir las razones teológicas para el cuidado de la creación’
“El interés por la cuestión ambiental no es fruto de una moda, sino que responde a una tradición cristiana que se remonta a los primeros siglos de la Iglesia”. Así lo afirma el profesor Emilio Chuvieco, catedrático de la Universidad de Alcalá, que impartió en la Universidad de Navarra los días 9 y 10 de enero el curso ‘Descubrir las razones teológicas para el cuidado de la creación’.
La iniciativa surge gracias al convenio de colaboración firmado entre la Universidad de Navarra y el profesor Emilio Chuvieco Salinero, catedrático de Geografía y director de la Catedra de ética ambiental de la Universidad de Alcalá (UAH) galardonado con el premio Jaume I a la Protección del Medio Ambiente 2022 y especialmente interesado en la relación entre Teología y Medio Ambiente.
Para el profesor Chuvieco, los cristianos deberíamos ser ejemplares en el cuidado de la Creación que Dios nos regala “siendo responsables con los recursos que consumimos, que deben servir para las personas más vulnerables y las generaciones futuras, pero también para las demás criaturas que comparten con nosotros este planeta”.
En este sentido, asegura que conocer las raíces cristianas de la cuestión ambiental nos ayudará a enfocar este tema con hondura, evitando eslóganes fáciles: “Los valores religiosos son fundamentales para el cambio de comportamiento que se precisa. La ciencia informa, pero no transforma. Necesitamos enlazar la ciencia y la moral para que esa transformación social sea posible, pues los problemas ambientales no se van a solucionar solo con tecnologías. Si no hay un cambio en nuestra concepción de la naturaleza, las soluciones que se propongan serán siempre superficiales”.
El curso en el que participó una treintena de personas repasó esos argumentos teológicos, sus fundamentos bíblicos y patrísticos y los desarrollos de la teología más reciente que sustentan la visión cristiana sobre la naturaleza y justifican la importancia de la 'conversión ecológica' que ya propuso S. Juan Pablo II, impulsó Benedicto XVI y promueve con especial relevancia el papa Francisco. Finalmente, se revisaron algunas consecuencias prácticas de esa conversión, tanto en la vida personal como en la gestión de los temas ambientales que se realiza en distintas instituciones católicas.
