El psiquiatra Fernando Sarráis subraya la necesidad de “mejorar el diálogo para competir con las nuevas tecnologías”
“Padres y educadores deben hacer de ‘traductores’ de emoticonos para enseñar a los jóvenes a expresar afectos”, afirma el profesor de la Universidad
“Al igual que cuando dialogamos con una persona que habla un idioma distinto necesitamos intérprete, se precisa un traductor que matice con palabras lo que niños y jóvenes quieren expresar con los emoticonos en una conversación. Estos traductores deben ser padres y educadores”. Es la opinión del psiquiatra Fernando Sarráis, profesor de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra y autor del libro El Diálogo.
Fernando Sarráis destaca la necesidad de que padres y educadores perseveren en el uso de preguntas como “¿Te sientes contento?, “¿Te has sentido bien?”. Esto, a su juicio, enseñará a los jóvenes a emplear palabras para expresar los afectos, o “al menos conocer cómo funciona su afectividad”.
El objetivo de este aprendizaje es alcanzar un diálogo óptimo entre los interlocutores, que fomente hacer sentirse bien a las personas con las que conversamos -mayoritariamente familiares, amigos y compañeros-. “Si lo conseguimos, también nosotros nos sentimos bien, por lo que nunca nos sentiremos solos”.
Ante el nuevo paradigma de comunicación, Sarráis plantea que las nuevas tecnologías están desplazando el diálogo interpersonal cara a cara porque hacen sentirse mejor al usuario que el modo tradicional. Es necesario “replantearse cómo mejorar el diálogo para competir con estas nuevas tecnologías de comunicación. Y este libro trata de ayudar a lograr este objetivo“
El Diálogo, última publicación del profesor de la Universidad de Navarra, muestra estrategias y pautas para alcanzar un buen diálogo en distintos entornos: familiar, amistad, laboral, etc.
Pautas para un buen diálogoEntre cónyuges: Dialogar como en el noviazgo, pedir perdón cuando se cometen errores en el diálogo, hablar de la persona interior y de los sentimientos positivos del uno al otro. Comunicar con frecuencia sentimientos positivos: “Te quiero mucho”, “Siento orgullo de ti”, “Me siento apoyado y reconfortado por ti”.
Entre padres e hijos. Actitud de escucha interesada, sinceridad, aceptación incondicional, respeto a las opiniones de los hijos, empleo de ideas razonadas, libertad, retroalimentación afectiva, empatía, lealtad, confidencialidad, optimismo.
Entre padres e hijos-adolescentes: Hablar poco y escuchar mucho. Normas y multas, sí; broncas, no. No chantajes ni amenazas. Prestar más atención a los sentimientos de los hijos que a la conducta, no pedir obediencia inmediata, darles tiempo. Otorgar más atención a los talentos, no quejarse ante sus hijos del sufrimiento que les causan.
Reglas generales para el buen diálogo con los demás: Dar prioridad al otro. Actitud humilde y sencilla. Dialogar sobre temas preferidos del otro. Dar una retroalimentación positiva