El congreso internacional celebrado en el ICS ofrece un mapa multidisciplinar de las relaciones y el bienestar psicológico de los jóvenes
Distintos expertos han defendido la importancia de la prevención y actuación temprana en salud mental: el 75% de los trastornos aparecen antes de los 25 años
14 | 06 | 2024
Una radiografía completa sobre las relaciones y el bienestar psicológico de los jóvenes hoy en día. Así ha descrito Gonzalo Arrondo, investigador del Grupo ‘Mente-cerebro’ del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, los resultados del congreso internacional ‘Jóvenes, relaciones y bienestar psicológico’, que ha coordinado. Estas jornadas, celebradas el 6 y 7 de junio, pusieron el broche a la primera edición del Reto ICS 22-23, una iniciativa de investigación multidisciplinar desarrollada durante año y medio y enmarcada en la Estrategia 20-25 Salud y Bienestar de la Universidad de Navarra.
“Un congreso final en el que se ha dado respuesta desde diferentes perspectivas a las preguntas que habían ido surgiendo durante el desarrollo del reto ha ayudado a cerrar este periodo de investigación”, explica Arrondo. En este sentido, hace un balance es “muy positivo”: “Desde diferentes disciplinas, como la Sociología, la Psicología, la Epidemiología, hemos logrado un mapa muy completo de esta problemática y aprendido mucho”.
A lo largo de dos jornadas se exploraron los trastornos mentales, la relación con las nuevas tecnologías, las adicciones comportamentales y la integración de los jóvenes en la sociedad. Abrieron el encuentro Luis Campos, director general de Planificación, Coordinación, Innovación y Evaluación de Políticas Públicas del Gobierno de Navarra y Pablo Pérez López, director científico del ICS. A continuación, se abordaron los distintos ejes a través de conferencias, mesas redondas y presentaciones de proyectos, a cargo de investigadores de distintas universidades europeas.
Es el caso de Jordi Alonso, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitat Pompeu Fabra, quien presentó el proyecto sobre la necesidad de fortalecer la salud mental de los estudiantes universitarios (World Mental Health initiative - International College Surveys)”. “Antes de los 25 años habrán aparecido el 75% de los trastornos mentales que aparecerán a lo largo de la vida. Por tanto, es una época de vulnerabilidad alta y es importante identificar y mitigar el padecimiento en salud mental en los estudiantes”, explicó el experto. Para ello, propuso utilizar “las herramientas que existen de ayuda, información y educación psicológica y psiquiátrica”. Entre los trastornos más frecuentes, destaca los relacionados con la depresión, seguidos por los síntomas de ansiedad, consumo de alcohol y de sustancias y el pánico.
Tobias Dienlin, psicólogo y profesor de la Universidad de Viena, invitó a reflexionar sobre cómo mitigar el impacto de los medios digitales en el bienestar de los jóvenes: “Es importante inculcar un uso moderado y equilibrado, que no significa necesariamente que debamos dejar de utilizar las nuevas tecnologías, puesto que perderíamos muchos de los beneficios que traen consigo”. Y apostó por la autorregulación: “Es asunto de los usuarios dejar de utilizarlas llegados a un punto. Pero también hay que ayudarles a desarrollar estrategias para conseguirlo y, quizá en muchos casos, reducir un poco su uso”.
Los peligros de las adicciones conductuales (las que no conllevan el consumo de sustancias) fue el eje que exploró Zsolt Demetrovics, psicólogo, antropólogo y profesor de la Universidad de Gibraltar. Diferenció entre aquellos problemas que tiene o no un diagnóstico clínico, y apuntó la problemática que se deriva del mal uso de Internet, de los vídeojuegos y las redes sociales que, “generalmente consideramos más importante cuando hablamos de adolescentes o jóvenes”. En esta línea, también señaló los juegos de azar y los cambios que se han producido con los juegos online.
Por su parte, Marge Unt, profesora y directora del Instituto de Educación de Estudios Sociales Internacionales de la Universidad de Tallín, compartió su investigación sobre las consecuencias de la inseguridad y las dificultades del mercado laboral en la salud de los jóvenes.
“El impacto del desempleo va más allá del hecho de no tener un trabajo. Afecta de forma severa a la salud y el bienestar, especialmente si este desempleo se extiende por un periodo largo de tiempo”, subrayó. Así, reivindicó un equilibrio entre las políticas para la creación de empleo y aquellas iniciativas que tengan en cuenta el bienestar emocional: “No solo hay que promover la empleabilidad, sino también diseñar políticas para que la gente las perciba como una inversión en sus habilidades y no como programas paternalistas obligatorios”.