Una adecuada educación sobre las religiones es clave para el desarrollo de la identidad religiosa en los adolescentes. Así lo afirma Daniel Moulin, investigador del Instituto Cultura y Sociedad (ICS), el centro de investigación en humanidades y ciencias sociales de la Universidad de Navarra.

Así lo expone en su trabajo ‘Giving voice to ‘the silent minority': the experience of religious students in secondary school religious education lessons', publicado en 2011 en British Journal of Religious Education, y al que recientemente se le ha otorgado el acceso libre por ser uno de los artículos más leídos de esta revista.

De acuerdo con el Dr. Moulin, la educación sobre las religiones tiene un beneficio claro: una mejor comprensión de las diferentes creencias presentes en el mundo. No obstante, declara que puede haber cierta "distorsión" en el modo en el que algunos profesores explican determinadas religiones.

Según apunta, su investigación reveló que algunos miembros de las comunidades que formaron parte del estudio a menudo consideraban que su tradición se veía estereotipada y simplificada en las lecciones. En ese sentido, echaban en falta alguna voz representativa de su religión. 

Experiencias de los alumnos

"No obstante, muchos estudiantes se muestran reticentes a revelar su identidad religiosa en la clase por las experiencias de intolerancia y prejuicio que han sufrido", señala. "A un adolescente que está formando su propia identidad puede resultarle difícil que sus compañeros y profesores puedan verle de un modo diferente por profesar una religión".

Para Daniel Moulin, esto resulta aún más complejo para algunas religiones, como el Islam, cuya visión puede verse deformada por los actos de terrorismo de radicales que se conocen a través de los medios de comunicación.

El experto del proyecto ‘Religión y sociedad civil' del ICS enfatiza que las fuentes de información de los profesores y su grado de conocimiento resulta clave en la enseñanza. "Debemos comprender profundamente una religión para poder hablar de ella", recomienda. En ese sentido, recuerda que el hecho de que los alumnos que profesan una religión compartan sus experiencias y su visión enriquece las clases.