Internet se ha convertido en la herramienta para promocionar la salud. En un momento donde la sociedad padece un crecimiento de trastornos de salud mental, Botella afirmó que “⅓ del presupuesto europeo de salud se destina a tratamientos de este tipo y el suicidio es la principal causa de muerte en los jóvenes”. Partiendo de estas afirmaciones, se decantó por argumentar y evidenciar la importancia que juegan las nuevas tecnologías en la prevención y tratamiento de la salud. Además de la formación permanente de los profesionales y las múltiples salidas profesionales que pueden tener en el campo de la  psicología clínica.

A continuación, la experta reflexionó sobre el uso de la nuevas tecnologías, el móvil, Internet y la realidad virtual, presentes en la mayor parte de la sociedad, como medida de prevención en la salud mental. A través de ellas se puede dotar de forma generalizada a la población de recursos emocionales. “De la misma manera que la salud pública dota de vitaminas a los niños para que crezcan, no se les entrena en fortalezas psicológicas” exclamó Botella. Para eso la psicología clínica debe apoyarse en la difusión masiva, a través de la tecnología, de fortalezas psicológicas y encontrar una integración más fluida de tratamientos en la sociedad. Anticipándose a los posibles problemas, llegando a un número más amplio de personas, protegiendo los datos del paciente y reduciendo el espacio y costes.

“Hay que ayudar a un coste asumible para la sociedad -Botella, explicó- para ello hay que olvidarse de la práctica clínica tradicional como elemento fundamental”. No es olvidarse del todo de la terapia one to one, sino como una posibilidad más para afrontar el problema crónico que la sociedad padece. El móvil y la realidad virtual apuntan a una nueva forma de repensar la psicología clínica y de apostar por un estado de bienestar del paciente. Este último, ha desarrollado grandes avances en la formación de profesionales y terapias con tratamiento protocolizados y manualizados de agorafobia, trastorno obsesivo-compulsivo, estrés postraumático, depresión, etc.

En definitiva, la tecnología aporta al desarrollo de la psicología tratamientos más aceptables, “pero igualmente eficaces” indicó Botella. También, tratamientos a medida de los problemas del paciente y a su ritmo a un coste más asequible, concluyó.

Esta sesión, a la que acudieron estudiantes del Grado en Psicología y profesores de la Facultad de Educación y Psicología se enmarca dentro de los seminarios profesionales que organiza el Máster en Psicología General Sanitaria como parte de su itinerario formativo.