Daniel Abreu, sobre "El hijo", que preestrena en el MUN: "Es una obra simbólica y muy visual, que habla de unión y futuro"
En el marco del ciclo ‘Museo en Danza’, la función tendrá lugar el jueves, 19 de noviembre
La soledad e intimidad del estudio de Daniel Abreu (Tenerife, 1976) fueron los mimbres que acompañaron la gestación de El hijo, espectáculo que el coreógrafo y bailarín preestrena el jueves, 19 de noviembre, a las 19:30 horas, en el Museo Universidad de Navarra. Tras el éxito de La desnudez, última obra de su compañía de danza, y de Abisal, creada para Lava Compañía de Danza, Abreu reemprendió un camino interior: “Quería trabajar de una manera mucho más íntima, solo, presentar algo que tuviera que ver más conmigo, volver a encontrarme como bailarín y con ese imaginario que me acoge cuando me pongo a crear”.
En este viaje nació esta obra que versa sobre la transmisión de padres a hijos y la relación con esa herencia recibida. “El título nos lleva a pensar que El hijo podría ser un niño, pero para mí no tiene que ver con eso. El hijo es la descendencia, el compromiso de continuidad”, ha explicado el Premio Nacional de Danza 2014.
ELEMENTOS NATURALES
En este sentido, valora que “la danza nos permite una narración no lineal porque la vida es compleja en sus formas. Por eso, traté de ser poseído por imágenes. Es una obra simbólica y muy visual que habla de la unión, del futuro. Me ayudo de elementos de la naturaleza para ir mostrando cuadros de una persona que se enfrenta más consigo mismo que con sus padres o con ese futuro”.
En la presentación de este trabajo le ha acompañado Teresa Lasheras, adjunta a la dirección de Artes Escénicas del Museo, quien ha destacado “su larga e interesante trayectoria como intérprete y como creador, con más de 60 creaciones que han podido verse en 40 países”.
El espectáculo se enmarca en el ciclo Museo en Danza, del que Abreu ha sido el artista invitado en la residencia creativa de esta edición. Debido a la reducción de aforos por la pandemia, el estreno de la pieza Desde la ternura, inspirada en una fotografía de Ortiz Echagüe, se ha aplazado al 8 de mayo próximo. Además, esta semana va a impartir un taller de Danza Contemporánea en el Museo, cuyas plazas están agotadas.
CUERPO AL LÍMITE
El hijo entronca también con la exploración que el autor viene abordando en su trabajo, con una sensibilidad singular que se traduce en el movimiento. “La obra exige de mí una fisicalidad muy alta. Juega con una movilidad que hasta ahora yo no había puesto en juego, que tiene que ver con lo fragmentado. Exige que mi cuerpo esté mucho más expuesto, al límite”. En este sentido, reconoce la complejidad del proceso creativo, en soledad y lleno de preguntas.
Otra de las novedades que incorpora El hijo es el uso de proyecciones. A través de ellas, el autor quiere hablar de “lo irreal” y generar “un mundo fantástico”: “Hay un cuestionamiento de la vida, que podemos incluso llevar a la pandemia. Este momento que hemos vivido todos de soledad en el que hay cosas que no te parecen reales”. La banda sonora también contribuye a ahondar en “el conflicto entre lo confortable y lo que distorsiona, es incómodo, pero se mantiene”.
La pieza camina, además, entre dos puntos esenciales: “Todos somos hijos, tenemos ese camino optimista de luz, pero también morimos. Y se tienen que dar los dos”. Así, Abreu, invita al público a que asistan a la función con “apertura. El hijo es lo que viene, lo que sucede. El público ve la obra, la recoge y la hace suya. Ese es el mayor regalo”.