Javier Viver: "Los alumnos se han adentrado en el mundo del artista y ha sido tremendamente gratificante"
El conjunto escultórico ‘Mujeres de Lot’ se ha instalado en el Patio Norte del Museo, una invitación al público a contemplar la huella del paso del tiempo sobre la obra
El Patio Norte del Museo Universidad de Navarra invita desde este viernes a conectar con lo primigenio, con los orígenes, quizá con la Antigua Grecia, tal vez con un tiempo fuera del tiempo. Este espacio acoge desde hoy la instalación Mujeres de Lot, realizada durante esta semana en el Taller de escultura efímera que Javier Viver ha impartido esta semana en el Museo a alumnos de la Universidad de Navarra. El proyecto ha contado con el apoyo de Fundación La Caixa y Fundación Caja Navarra, y la colaboración de Horno Artesano, en Burlada.
En palabras del artista, este conjunto escultórico “tiene que ver con lo ancestral, supera el tiempo, nos remite incluso a Grecia, a esa labor arqueológica de ir conservando estatuas, ruinas que se desmoronan, pero con la voluntad de mantenerlas en el tiempo”. Esto contrasta con el material con el que se han elaborado las piezas, sal pétrea, un componente efímero y frágil. “Esa lucha entre lo intemporal y lo perecedero le da a la instalación un toque tremendamente arcaico y, a la vez, se nos va de las manos. Ha sido maravilloso”, ha subrayado.
Durante su presentación a los medios este viernes, el artista ha estado acompañado por Carlos Bernar, responsable del área Campus Creativo del Museo, quien ha destacado que ha sido “un lujo tener a Javier compartiendo su experiencia”. En este sentido, ha explicado que durante el taller han buscado que “los alumnos vivan cómo se genera una obra de arte, cómo es el proceso, esas incertidumbres y luchas del artista con la propia obra. Además, siendo algo experimental, hemos tenido que trabajar en condiciones complejas. Han aprendido mucho. El objetivo no era aprender escultura, sino compartir con el artista el proceso creativo y así ver cómo actuaba y tomaba decisiones. Ha sido como volver a esos orígenes de los talleres de artistas, a la figura del aprendiz”.
UN APASIONANTE PROCESO EXPERIMENTAL
Viver, que ya expuso Aurelia Immortal en el Museo en 2017, ha destacado el interesante encuentro con los alumnos participantes. “Son personas que proceden de otros ámbitos y te cuentan la experiencia de lo que ha supuesto enfrentarse a procesos escultóricos. Se han adentrado en el mundo del estudio del artista y ha sido tremendamente gratificante este acercamiento a la gente joven. Una experiencia estupenda”. Una de estas participantes, Nieves García, alumna de 4º de Filosofía, ha valorado “la mirada del artista”, que incluso en los momentos de dificultades, “ve belleza en todo”: “Ayuda muchísimo para la obra de arte y para la vida en general esa actitud positiva y su optimismo”.
Juntos han trabajado en este proceso experimental y colaborativo, que bebe del relato bíblico recogido en el Génesis y narra cómo Yahveh salvó a la familia de Lot de morir en el fuego que arrojó sobre Sodoma. En su huida hacia Zoar, les ordenó no mirar atrás. Sin embargo, la mujer de Lot desobedeció y se convirtió en estatua de sal.
Las esculturas se han desarrollado en dos fases distintas, la primera realizada en el horno artesano en Burlada. “Lo planteamos con los riesgos que conlleva el propio proceso y esa parte de investigación que implica hacer estatuas de sal cociéndolas en un horno que habitualmente se utiliza para cocer pan”, señala Viver.
Para su elaboración, meses antes, prepararon el molde de aluminio de 80 kilos que se ha rellenado de sal, duplicando su peso, para después introducirlo en el horno. “Es increíble cómo, desde los primeros tanteos, en los que no salían las piezas, hemos ido viendo las posibilidades, que necesitamos, por ejemplo, más tiempo de cocción (3 horas a 200 grados), parámetros técnicos tremendamente interesantes”, apunta. En la instalación, los visitantes también podrán ver este armazón de aluminio, con una de las esculturas dentro, y algunas piezas más pequeñas, que muestran el proceso creativo.
La segunda parte del taller se ha desarrollado en el Museo, empleando un aglutinante para consolidar la sal. Además, se ha trabajado en la disposición de las piezas sentadas en el Patio Norte, fase en la que también han participado los alumnos. A partir de este viernes por la tarde, el público podrá disfrutar esta instalación efímera, visitable hasta que el tiempo, la lluvia y el viento la hagan desaparecer. “Tiene el atractivo de registrar el proceso y ver cómo desaparecen y se acaban convirtiendo en agua, integrándose en el ciclo vital”.