El pasado martes, 13 de diciembre, tuvo lugar la sexta jornada de Entorno al Paisaje, organizada en el marco de un proyecto de innovación educativa que lideran Juan José Pons y Miriam Serrano, profesores del departamento de Historia, Historia del Arte y Geografía. Precisamente esta última, doctora en Biología por la Universidad de Navarra, fue la encargada de hablar a una veintena de asistentes a la sesión acerca de un paisaje excepcional reconocido a nivel mundial como es la Huerta de Valencia.

Un animado debate en torno a cuestiones que van más allá del territorio, hicieron reflexionar a los asistentes sobre nuestro modelo de sociedad. A lo largo de la exposición, se puso de manifiesto la importancia de la huerta como paisaje cultural milenario en constante evolución, cuyos valores son de muy diferente índole: cultural, patrimonial, social, productivo, protección de grandes avenidas, mejora de condiciones climáticas, mitigación del cambio climático, escénico o recreativo.

Asimismo, se puso en cuestión si es lícito plantear la puesta en valor y conservación de este paisaje (tal y como ha sido hasta la actualidad), siendo un espacio tan amplio y dadas las actuales dificultades del sector hortícola. “Este es un paisaje complejo, antrópico, que únicamente existe si los agricultores lo mantienen. A día de hoy la Huerta de Valencia no parece ser una salida profesional digna y hacen falta grandes dosis de ingenio para que la situación se invierta”, aseguró la autora de la tesis doctoral La fragmentación del paisaje causada por las carreteras de Navarra. Estudio a escala regional desde la Ecología del Paisaje.

Según se sostuvo en la sesión, mientras el urbanita reclama la protección de la huerta como paisaje periurbano donde recrearse y rememorar la cultura mediterránea, paradójicamente los hortelanos son más reticentes.

Partiendo de la idea de que “museizar” la huerta no es una opción, Serrano comentó que recientemente el Consell de la Generalitat había aprobado el anteproyecto de Ley de l'Horta de València cuya finalidad principal es doble: frenar la presión urbanística impidiendo nuevas reclasificaciones de suelo y evitar el abandono de la huerta apostando por la cesión del uso del suelo por parte de propietarios que no deseen trabajar sus tierras a personas que estén interesadas. También se contempla  la creación de un ente gestor y un Plan de Gestión del Desarrollo Agrario.