"Las políticas públicas para ayudar a las familias son necesarias en todas las épocas de la vida"
María Teresa Bazo, primera catedrática de Sociología de la Ancianidad, ha analizado el envejecimiento poblacional en el contexto de los cambios socioeconómicos acaecidos
21 | 02 | 2024
“Las políticas públicas para ayudar a las familias son necesarias en todas las épocas de la vida”. Así se ha expresado María Teresa Bazo, catedrática de Sociología en la Universidad del País Vasco, durante la conferencia ‘El envejecimiento poblacional: Cambios y desafíos’ enmarcada en la Cátedra IDEA de Nuevas Longevidades del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra.
Según Bazo, primera cátedra en Sociología de la Ancianidad en la Universidad española, las políticas públicas influyen en las relaciones familiares. En la investigación sobre solidaridad generacional (Proyecto Europeo OASIS) en la que participó la experta, se ha detectado que, por primera vez en la historia, son los padres mayores los que ofrecen ayuda económica a sus hijos adultos. Ahí se demuestra la importancia de las políticas públicas en relación con el bienestar material personal. “Aunque existan desigualdades, los avances económicos y sociales hacen que la población mayor en general disponga de más recursos que nunca”, ha señalado.
Además, ha criticado que, en España, las políticas públicas no prestan apoyo suficiente a las familias. En el caso de familias con hijos pequeños, en muchos casos, los abuelos resultan un recurso imprescindible. En nuestro país se ha detectado un menor número de abuelos que cuidan de sus nietos en comparación con nuestros vecinos europeos, pero los abuelos se comprometen a cuidarles de forma continua. El apoyo en otros países se ejerce principalmente de manera puntual. Según la experta, la menor tasa de actividad económica de las mujeres y el reducido número de guarderías públicas en España llevan a cierto número de familias a ver en los abuelos cuidadores una alternativa a pagar a otro cuidador o centro privado o a dejar de trabajar.
Envejecimiento y cuidado
La esperanza de vida ha aumentado a nivel global, aunque de modo dispar. En España, en 2021, el 20% de la población tiene más de 65 años y el 6% tienen más de ochenta. No solo se vive más, sino que se vive mejor que antes, ha matizado la investigadora. Según el indicador de la esperanza de vida en salud, en España a los 65 años las mujeres (aunque viven más que los varones) pasarán el 43,8% de los años por vivir en buena salud relativa. Entre los hombres ese tiempo en salud será mayor, el 55,7% de los años por vivir. “Un tema esencial a tener en cuenta en los debates políticos son los cuidados de larga duración”, ha señalado Bazo. En este sentido, este grupo creciente y tan heterogéneo ganará peso e influencia política: “Las demandas de políticas de cuidado, consideradas cada vez más un derecho, serán respondidas por el Estado con servicios”, ha declarado.
De acuerdo con sus investigaciones, en España “ha aumentado la expectativa sobre la responsabilidad del Estado y de los servicios públicos en el cuidado de los ancianos”. Aunque en otros países europeos, como Noruega, se valora primordialmente el papel de los servicios públicos para cuidar de los mayores y dependientes, los españoles preferían el cuidado informal, la familia. Sin embargo, esta tendencia está cambiado y el apoyo de los hijos es, principalmente emocional y, en menor medida, instrumental. Para la catedrática, la solidaridad familiar intergeneracional sigue siendo muy fuerte en la sociedad española y también en Europa, con sus variantes.
Así, la experta ha abogado por la coordinación entre las estructuras de cuidado formal, servicios públicos, e informales, familia. “La familia siempre va a ser necesaria, veo muy difícil que las generaciones que nos suceden pierdan la vinculación entre unas y otras”, ha concluido.