El exdiplomático Raimundo Pérez-Hernández imparte una sesión a los alumnos del grado en Filosofía, Política y Economía (PPE)
Ha compartido su trayectoria de más de 30 años en el mundo de la diplomacia y de las relaciones internacionales
23 | 02 | 2022
“Lo más importante de ser diplomático es el servicio al Estado y, por ende, a sus ciudadanos”. Así lo ha afirmado en la Universidad de Navarra el exdiplomático Raimundo Pérez-Hernández en un encuentro que ha mantenido con los alumnos del grado en Filosofía, Política y Economía (PPE). A la sesión, que ha estado presidida por Julia Pavón, decana de la Facultad de Filosofía y Letras, también han asistido estudiantes de Historia, Relaciones Internacionales y Derecho.
Director de la Fundación Ramón Areces desde 2008, Pérez-Hernández ha compartido con los asistentes su trayectoria de más de tres décadas en la carrera diplomática, “una de las pocas que aún ofrece un sentido de aventura”. Durante este tiempo, como ha explicado, “el mundo de la diplomacia ha cambiado mucho. Con la entrada de España a la Unión Europea, por ejemplo, hemos perdido cierta libertad; tenemos unas servidumbres que hay que cumplir”. Frente a esto, ha asegurado que “la vida diplomática te llena, te recompensa y te aporta unas vivencias únicas. Pero, sobre todo, te permite defender los intereses de tu país y de sus ciudadanos en un mundo donde rigen los intereses particulares”. Después de una etapa en Guinea Ecuatorial, “donde viví una diplomacia de combate, lejos de los canapés de caviar, y donde vi la miseria en su estado más puro”, se trasladó a Francia como Consejero Económico y Comercial en la Embajada de España en el país galo. “Pasé de visitar leproserías a vender vino y calzado español, en una época donde la diplomacia económica se peleaba por la exportación”.
En su intervención, también ha compartido algunas anécdotas de su etapa en el gobierno de Felipe González, como jefe de Protocolo de la Presidencia del Gobierno, con rango de Director General. “En ese tiempo aprendí la importancia de la labor de coordinación en España, un país con muchos minicentros de poder, donde son importantes los centros de mando únicos”. Asimismo, ha explicado que la norma de oro de un buen funcionario es que “tienes que ser neutro en cuestiones políticas, ejercer tu trabajo como un espectador comprometido. Yo no pertenezco a ningún partido político y eso hace que se fíen de ti, porque un diplomático se debe a su gobierno, aunque no se esté de acuerdo en todo”. Antes de acceder al sector privado, “por razones profesionales, familiares y económicas”, Pérez-Hernández también fue Presidente del Comité Ejecutivo del Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados, una etapa que ha definido como “una de las más importantes de mi carrera, pero tremendamente dura”. De su trayectoria profesional, la lección más valiosa que aprendió, como ha asegurado, es “la importancia de servir a los demás, de estar en el terreno para conocer la realidad y de tener empatía, una característica de los diplomáticos españoles”. Para finalizar, y haciendo alusión al título de la conferencia, “La suerte de ser diplomático en nuestro tiempo”, Pérez-Hernández ha asegurado que “para encontrar la suerte hay que buscarla y si la buscas la acabas encontrando”.
Raimundo Pérez-Hernández es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Ingresó en la carrera diplomática en 1976. Ha sido Consejero en la Delegación Permanente de España ante la Oficina de las Naciones Unidas; Consejero Económico y Comercial en la Embajada de España en la República Francesa; jefe de Protocolo de la Presidencia del Gobierno, con rango de Director General; Presidente Ejecutivo del Comité Organizador de la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea, con rango de Subsecretario; Embajador representante permanente ante la Oficina de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales con sede en Ginebra; Presidente del Comité Ejecutivo del Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados; Embajador de España en la República de Austria; e introductor de embajadores, MAEC, con rango de Embajador.