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La mitad de la población mundial necesitará en 2060 cuidados paliativos en procesos graves y al final de la vida

La Organización Mundial de la Salud patrocina un simposio internacional organizado por la Fundación Ramón Areces y el Observatorio Global de Cuidados Paliativos ATLANTES de la Universidad


FotoIsabel Solana
/De izquierda a derecha: Emmanuel Luyirika, Julie Ling, Eduardo Garralda, Joaquim Julià Torras, Marie-Charlotte Bouësseau, Álvaro Montero, Nasim Pourghazian y Matías Najún.

23 | 06 | 2022

El número de personas con necesidad de recibir cuidados paliativos casi se duplicará en 2060: de 26 millones a 48 en todo el mundo. Por el tipo de enfermedades que se presentan, hasta la mitad de las personas necesitará el alivio de cuidados paliativos en procesos graves y al final de la vida. Así se ha indicado durante el simposio internacional ‘Cuidados paliativos globales: Retos y expectativas’, celebrado en la Fundación Ramón Areces.

El simposio, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), fue impulsado por la Fundación y el Observatorio Global de Cuidados Paliativos ATLANTES del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, que ha sido designado nuevo Centro Colaborador de la OMS para la Evaluación del Desarrollo Mundial de Cuidados Paliativos.

Pandemia y guerra de Ucrania

De acuerdo con las estimaciones de la comunidad científica, la proporción de adultos que necesitan actualmente cuidados paliativos por cáncer es relativamente alta para todas las regiones y, especialmente, en Europa (41,3%) y América (40,8%). En África predomina el sida (77%), mientras que en Asia (40%), el Mediterráneo oriental (19%) y, en menor medida Europa (15%), las dolencias cerebrovasculares son también causa de esta demanda. Asimismo, la demencia cobra especial importancia en esta última región (18%).

En el simposio han participado panelistas de organizaciones internacionales como la OMS, la Asociación Africana de Cuidados Paliativos y la Asociación Internacional de Cuidados Paliativos, además del M.D. Anderson Cancer Center (EE. UU.) y el Hospice Buen Samaritano (Argentina).

De acuerdo con Julie Ling, directora ejecutiva de la Asociación Europea de Cuidados Paliativos y consultora de cuidados paliativos en la OMS (Región de Europa), el viejo continente ha sido pionero del movimiento de los centros de cuidados modernos desde la década de 1960. “El mapeo que se viene realizando desde 2007 demuestra cuánto se ha avanzado en lo que respecta al alcance y desarrollo de los cuidados paliativos”, ha asegurado.

A su juicio, uno de los principales catalizadores de este impulso, especialmente en los países de ingresos medios y bajos, ha sido la resolución de la Asamblea Mundial de la Salud de 2014 (67.19) sobre el fortalecimiento de los cuidados paliativos. “La Oficina Regional Europea de la OMS comprende 53 países y está comprometida con todos ellos, si bien se ha enfocado en varios países de la parte oriental, donde se ha detectado más necesidad”, ha añadido.

Con respecto al momento actual, ha comentado que recientes situaciones políticas, socioeconómicas y financieras, en especial la pandemia y la crisis humanitaria derivada de la guerra de Ucrania, “han tenido importantes implicaciones para el desarrollo y la prestación de cuidados paliativos en toda la región”.

Nasim Pourghazian, del departamento de prevención y gestión de enfermedades no transmisibles de la OMS (Región del Mediterráneo Oriental), se ha referido a la situación de esta especialidad en la región del Mediterráneo oriental. En su opinión, ha mejorado sustancialmente por el establecimiento de una red de expertos tanto de esta zona geográfica como de otras: “Ha sido un enriquecedor foro de intercambio de experiencias y materialización de ideas. Nos ha permitido mantener una perspectiva regional respetuosa con las diferentes realidades de nuestros países, a la vez que sacamos el máximo partido de nuestras fortalezas”.

Para Pourghazian, es necesario crear conciencia sobre los cuidados paliativos entre los responsables de la políticas, los proveedores de atención médica y el público en general: “Debemos ayudarlos a comprender qué son, por qué resultan importantes y cómo pueden mejorar la vida de los pacientes y beneficiar a nuestros sistemas de salud”. En este esfuerzo por comunicar esos mensajes, ha considerado fundamental “la participación de líderes locales que conozcan tanto el tema como la realidad de las naciones”.

Investigación, formación y prácticas clínicas sofisticadas

Por su parte, Katherine Pettus, directora de Promoción y Asociaciones de la Asociación Internacional de Cuidados Paliativos (IAHPC), ha mencionado que en los últimos veinte años, los profesionales dedicados a esta disciplina “han construido un nuevo canon de conocimiento, ética y práctica”. Según ha explicado, los programas de cuidados paliativos que funcionan a pequeña escala en todo el mundo generalmente están financiados con fondos benéficos y solo unos pocos cuentan con recursos públicos.

Pettus ha indicado que los defensores de estas iniciativas aspiran a “adaptar este bien público global a todos los códigos y culturas nacionales y locales”. Para ello, ha aseverado que “están dispuestos a compartir con todos los sistemas de salud sus actuales planes, elaborados cuidadosamente bajo las normas y supervisión de diversos organismos de la ONU, y siempre en colaboración con la sociedad civil”.

En esa línea, ha destacado la necesidad de impulsar la especialidad en todos los lugares del mundo y que las soluciones que se materialicen “sean autóctonas, sostenibles y culturalmente aceptables”. Asimismo, ha subrayado la importancia de implicar a pacientes, familias, profesionales sanitarios y economistas de la salud para que actúen como embajadores ante filántropos, legisladores y líderes de opinión, de cara a que contribuyan a materializar su implementación.

La introducción de los cuidados paliativos en el ámbito académico ha centrado la intervención de Eduardo Bruera, director del Departamento de Cuidados Paliativos y Medicina de Rehabilitación de la Universidad de Texas, M.D. Anderson Cancer Center (EE. UU.). “El progreso de la medicina y las ciencias de la salud –ha enfatizado– dependen de la participación activa de las universidades y los hospitales terciarios, pues en ellos se enseña, se investiga y se desarrollan las prácticas clínicas más sofisticadas”.

El Dr. Bruera ha insistido en la importancia de presentar a los decanos de facultades, directores de hospitales, colegiación médica y gerentes de salud “el valor de los cuidados de soporte y paliativos para los pacientes, los familiares, los profesionales, y sus propias instituciones”.

Desde su perspectiva, uno de los grandes desafíos es, precisamente, “hacerles entender que el sufrimiento humano asociado a la enfermedad resulta complejo y que ellos necesitan crear la estructuras para mejorar la clínica, docencia e investigación”.

La atención a personas sin recursos

En último lugar ha intervenido Matías Najún, jefe del Servicio de Cuidados Integrales (Paliativos) del Hospital Universitario Austral y cofundador y actual presidente de Hospice Buen Samaritano (Argentina). Ha compartido la experiencia de este centro de cuidados para ilustrar la atención personas sin recursos. “Las investigaciones demuestran que la pobreza reduce el acceso a cuidados paliativos, que a su vez constituye un bien muy escaso a nivel mundial”, ha reconocido.

“En nuestros sistemas de salud, concebidos para lo agudo o centrados en las especialidades, los pacientes paliativos son evitados, pero si además son pobres pasan a ser casi invisibles”, ha lamentado. En estos casos, en los que “la complejidad de la vida es mucho mayor que la enfermedad”, ha apostado por “ser creativos para hacerlos visibles, brindando unos cuidados accesibles y a la medida de estos pacientes”, pues “más allá de la realidad social, cuando alguien sufre, la gran pobreza no es solo un asunto económico; también preocupa la falta del cuidado que dignifica en ese momento”, ha finalizado. 

La línea de investigación de Medicina Paliativa de la Universidad de Navarra es uno de los principales ejes de su Estrategia 2025. Promueve una investigación orientada al impacto social y una producción científica con foco, en este caso, a la búsqueda de soluciones personalizadas para el cuidado de la salud de los pacientes con enfermedades que cursan con dolor intenso.

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