Francesca Murphy: “El más mínimo destello de la entrega total de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos dejaría mudos de asombro y horrorizados”
La profesora de la Universidad Notre Dame de Estados Unidos ofreció una conferencia en la que conectó la experiencia humana de la tragedia con el amor totalmente generoso de Dios
La teóloga Francesca Murphy, profesora de la Universidad Notre Dame de Indiana (Estados Unidos), se preguntó si la tragedia, que de un modo u otro se hace siempre presente en la vida humana, detrás de sus aspectos negativos como el sufrimiento, la violencia, la rivalidad, la culpa o la victimización, no posee en realidad un aspecto positivo que nos revela algo de la nobleza del ser humano y de la bondad originaria de Dios.
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“Los creadores de la tragedia –señaló Murphy– no pretendieron en sus historias representar perdedores, sino héroes”. Casandra, Ifigenia, Hamlet, incluso Macbeth y Madam Butterfly son héroes humanos porque muestran la nobleza, la cualidad sobrehumana de la humanidad. Explicó que, la nobleza que subyace a la tragedia, la bondad que lleva implícita la humanidad del héroe trágico es “su poder consciente y voluntario de sacrificarse”. |
Para la profesora Murphy, el héroe trágico remite en el fondo a la figura del mártir. El mártir, como en cierto sentido el héroe, no es una víctima sino alguien que participa de buen grado en los acontecimientos que ocurren permitidos o dispuestos por Dios. Su sacrificio consciente y noble es curativo, su sublime solidaridad cura. No porque la tragedia se resuelva con la “fantasía hedonista de una hielera llena de néctar en una perezosa tarde de sábado”, sino porque remite a un amor que se entrega por completo.
Para dar respuesta a la pregunta con la que tituló su conferencia –“¿Es Dios causa de la tragedia?”–, introdujo la idea de una “tragedia positiva”, que imita la naturaleza de entrega de sí propia del Dios Trinitario. “El más mínimo destello de la entrega total de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, nos dejaría mudos de asombro y horrorizados”, dijo. Asimismo, sugirió que Dios es la fuente positiva y absolutamente buena de toda tragedia, porque su vida consiste en la entrega total –y, por tanto, sacrificial– de amor. Y recordó que “decir que Dios está en el origen de la tragedia, no significa atribuir la tragedia a Dios, sino afirmar que Dios define lo que es tragedia y no al revés”.
La conferencia estuvo enmarcada en las iniciativas que la Facultad de Teología de la Universidad está llevando a cabo para impulsar el recientemente creado Diploma de Teología. Un nuevo título propio que ofrece a todos los estudiantes de Grado de la Universidad de Navarra la oportunidad de adentrarse por un camino que desde hace más de veinte siglos sigue abriendo horizontes a la visión que tenemos del mundo, de Dios y del ser humano.
