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Adolfo Suárez Illana apela al espíritu de la transición para alcanzar acuerdos

Impartió una sesión en el edificio Amigos de la Universidad

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FOTO: Manuel Castells
25/10/19 12:44

Adolfo Suárez Illana visitó la Universidad de Navarra para hablar de concordia, de respeto al discrepante y de ser capaces de trabajar por el bien común más allá de las cuotas de poder. Presidente de la Fundación Libertad y Concordia del PP y miembro de la Mesa del Congreso de los Diputados, Suárez habló de no temer aplicar la ley para solucionar problemas como el de Cataluña y de, en lugar de mirar al pasado, saber mirar al futuro, a un mañana que es el que interesa a la mayoría de los españoles. 

Durante la sesión que impartió en el edificio Amigos, Suárez quiso defender el espíritu de la transición, que lideró, entre otros, su padre, el expresidente Adolfo Suárez. Un espíritu que se materializó en “el abrazo de perdón que se dieron los que ganaron y los que perdieron”, dijo. “Si algo asombró al mundo por primera vez fue cómo un país que había sufrido una Guerra Civil pasaba de una dictadura a una democracia sin quebrantar ni una sola ley”.  Frente a aquellos que intentan tergiversar hoy ese espíritu, que dicen que fue un simulacro o una reconversión al propio franquismo, Suárez declaró: “Ningún nieto puede deslegitimar el abrazo de sus abuelos. (...) El odio existe. El mal estará siempre presente. Cuando despiertas el odio en una persona, se evade la razón. Pero creo que es minoritario”.

Preguntado por la actual Ley de Memoria Histórica, Suárez abogó por una Ley de Concordia. “La Ley de Memoria Histórica pudo ser bienintencionada en sus inicios pero ha acabado legitimando un bando frente al otro”. 

“¿Qué ha pasado hoy con esos señores de la política capaces de llevar a cabo ese abrazo de la transición?” Desde el público preguntaron así a Suárez por la incapacidad de los actuales líderes políticos para alcanzar consensos. “Tenemos que ser capaces de reconocer lo bueno que han hecho gentes que no son como nosotros”, aconsejó y se refirió de nuevo a su padre: “Decía que era un mal jefe de partido porque priorizaba el acuerdo con los otros antes que los intereses de sus siglas”.   

“La receta de la transición es tan sencilla como complicada. Hay que señalar un objetivo común a largo plazo y fijar los sacrificios personales que estamos dispuestos a asumir”. Suárez Illana recordó que en aquel 1977 los españoles teníamos un objetivo común al que nos entregamos que era conseguir una democracia para España.

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