“La Historia, sin tanta polarización, es mucho más interesante”
Durante los últimos 10 años, Javier de Navascués, catedrático de Literatura Hispanoamericana, se ha dedicado a investigar la producción cultural de América, sobre todo la literaria.
En su última publicación, “Aventureros del Nuevo Mundo. Héroes y villanos que forjaron la América Hispánica”, rescata distintos personajes que han sido olvidados a lo largo de los siglos, desde el periodo de la conquista hasta las guerras de independencia.
P. ¿Cuál es el principal argumento del libro?
R. He escrito una treintena de semblanzas de personajes representativos del imperio español de América. Allí hay de todo: virreyes, campesinos, exploradores, caciques, esclavos, monjas, misioneros, escritoras, historiadores, científicos, pícaros, etc. La primera semblanza empieza con la caída de la capital del imperio azteca, Tenochtitlan, y la última se ubica en las Cortes de Cádiz, justo en las vísperas de las guerras americanas de Emancipación. Los personajes van apareciendo, por tanto, en una sucesión cronológica desde el siglo XVI hasta comienzos del XIX, justo el tiempo que duró el imperio.
P. ¿Qué le impulsó a escribir este libro?
R. La cuestión de la legitimidad del imperio español ha vuelto a estar de moda y ha reanimado polémicas centenarias. Como investigador de la producción cultural de América, me llama la atención la seguridad con que se esgrimen argumentos que requerirían una enorme cantidad de matices. Por eso, frente a las generalizaciones, he elegido el género biográfico para descender a la realidad cotidiana de unas gentes que vivieron una época fascinante y muy desconocida. Creo firmemente que las simplificaciones de un signo no se combaten con otras simplificaciones, sino con relatos claros y documentados. En realidad, la Historia, sin tanta polarización, es mucho más interesante y entretenida.
P. ¿Con qué criterio escogió a los personajes?
R. He tratado de que se representara una gama amplia de individuos: hombres y mujeres; españoles, indígenas, negros, criollos y mestizos; sabios y analfabetos; poderosos e indigentes; militares y campesinos, etc. La fórmula de “héroes y villanos” del título viene a designar un proceso que no se puede definir concluyentemente como de un único color, blanco o negro, heroico o diabólico.
P. ¿Tiene un “personaje” favorito dentro del libro?
R. Uno de ellos es Juan de Palafox, un arzobispo letrado que consiguió aunar dos vocaciones difíciles de conciliar: la política y la santidad. O el Inca Garcilaso de la Vega, un escritor extraordinario y un perfecto ejemplo como mestizo de hombre entre dos mundos. O Antonio Ruiz de Montoya, un jesuita limeño que lidera una expedición de miles de personas por la selva para salvarlas de la esclavitud de los traficantes portugueses.
P. ¿Hay alguno que cree que ha vivido en las sombras y que merezca la pena que el mundo le conozca más?
R. José Celestino Mutis y Félix de Azara, científicos que lucharon contra su entorno y contra las inercias administrativas, un fenómeno no tan infrecuente en la ciencia española. También me quedaría con el destino de Pedro Sarmiento de Gamboa, un individuo brillante hasta en sus fracasos, un héroe verdaderamente.