La terapia génica avanza en la curación de enfermedades raras
La investigación ya ofrece un medicamento para un tipo de inmunodeficiencia combinada severa, ensayos clínicos para el tratamiento de la porfiria aguda intermitente o el síndrome de Sanfilippo y progresos pre-clínicos en la enfermedad de Wilson, entre otros
Mañana 28 de febrero se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Raras. Este año su lema es una apuesta internacional por la investigación con campañas como “La investigación es nuestra esperanza” de la (Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) o “Con investigación, las posibilidades son ilimitadas” de la European Rare Diseases Organisation (EURORDIS)
“En este desafío que supone la investigación de las aproximadamente 7.000 enfermedades raras conocidas, la terapia génica se postula como un tratamiento que ha alcanzado su madurez”, afirma la Dra. Gloria González Aseguinolaza, directora del Programa de Terapia Génica del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra. La terapia génica consiste en modificar la información genética de las células de un paciente para curar su enfermedad. “Este tipo de terapia ha conseguido ya curar varias decenas de niños con algunas enfermedades raras que afectan a su sistema inmune y ofrece resultados prometedores en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas o hepáticas, entre otras”.
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Avances en el tratamiento de enfermedades rarasEn el último congreso internacional de la Sociedad Europea de Terapia Génica y Celular, celebrado en Florencia, se presentaron los principales avances en este campo. Entre ellos destacó la curación de varias enfermedades que afectan a células implicadas en la defensa del organismo frente a infecciones, como el llamado síndrome del ‘niño burbuja’ o inmunodeficiencia combinada severa ADA-SCID. “Se trata de niños que carecen de linfocitos (células del sistema inmunitario) y deben vivir completamente aislados para evitar contraer infecciones que para una persona sana serían inocuas, pero que para ellos pueden ser mortales”, explica el Dr. Cristian Smerdou, científico del CIMA. “El tratamiento de terapia génica para este síndrome consiste en extraer células de la médula ósea del niño afectado y modificarlas genéticamente en el laboratorio. Allí se introduce en estas células una copia correcta del gen alterado, algo que se puede conseguir mediante el uso de virus llamados retrovirus o lentivirus. Estas células ‘corregidas’ vuelven a introducirse en el niño, donde son capaces de ‘repoblar’ su sangre y eliminar los síntomas de la enfermedad".
El momento estelar del congreso de Florencia, comenta el investigador, se produjo con la presentación de “Strimvelis”, un tratamiento de terapia génica para niños afectados de ADA-SCID desarrollado por el Instituto Telethon de Milán. Esta terapia fue aprobada en mayo del pasado año por la Agencia Europea del Medicamento y ya la comercializa una compañía farmacéutica británica.
Otro de los grandes avances actuales está relacionado con el tratamiento de la hemofilia B, una enfermedad genética causada por la deficiencia del factor IX, proteína necesaria para la coagulación de la sangre. Los pacientes de hemofilia B deben inyectarse frecuentemente el factor IX para evitar hemorragias, un tratamiento que no es curativo. La terapia génica para esta enfermedad se basa en inyectar en el paciente un virus “inocuo”, denominado AAV (virus adeno-asociado), capaz de llevar el gen productor del factor IX al hígado, desde donde dicho factor se secreta a la sangre, evitando las hemorragias que se producen en estos pacientes. Según el Dr. Rafael Aldabe, miembro del equipo de terapia génica del CIMA, “tras numerosos ensayos fallidos, una compañía americana que investiga con terapia génica (Sparks Therapeutics) anunció en Italia unos resultados esperanzadores: cuatro pacientes tratados con una nueva versión más avanzada del virus AAV alcanzaron una media del 32% del nivel normal del factor IX en sangre. Esto ha permitido que estos pacientes ya no necesiten inyectarse factor IX. Aunque llevan ya varios meses ‘curados’, será necesario realizar otros ensayos con más pacientes y esperar varios años para confirmar que esta terapia revierte completamente la enfermedad”.
Según la Sociedad Española de Terapia Génica y Celular, actualmente en nuestro país se están llevando a cabo dos ensayos clínicos en enfermedades hereditarias liderados por grupos o empresas españolas. En concreto para tratar un subtipo de anemia de Fanconi (enfermedad que afecta principalmente a la médula ósea disminuyendo la producción de células sanguíneas) o la porfiria aguda intermitente (trastorno genético que puede provocar importantes daños neurológicos).
Muy cerca de la aplicación clínica se encuentran tratamientos para la enfermedad de Sanfilippo (síndrome que provoca numerosas alteraciones en el organismo por la falta o deficiencia de enzimas encargadas de descomponer apropiadamente cadenas largas de moléculas de azúcar) o la enfermedad de Wilson (causada por la mutación del gen encargado de metabolizar el cobre que provoca que este metal se acumule en el hígado y otro tejidos como el cerebro). Respecto a la enfermedad de Wilson, los investigadores del CIMA han desarrollado un vector terapéutico que corrige el origen y revierte sus síntomas en ratones. Asimismo, han iniciado un proyecto centrado en el síndrome de Dravet (un tipo de epilepsia que produce graves convulsiones desde muy corta edad) basado en corregir las neuronas afectadas utilizando vectores adenovirales.
El desarrollo de estos tratamientos innovadores requiere años de investigación enfocados en la mejora de la seguridad y eficacia de los vectores y en probar su potencial terapéutico en modelos animales antes de dar el paso a la clínica. Para ello es necesaria una gran inversión de recursos, tanto materiales como humanos, que permitan aportar a la sociedad una solución para estas enfermedades cuyas consecuencias son a menudo devastadoras para los pacientes, sus familias, y la sociedad en general. Por ello, el apoyo institucional, pero también las aportaciones solidarias particulares, pueden suponer un gran apoyo para avanzar más rápidamente hacia la curación de estas enfermedades. En esta línea el CIMA tiene en marcha Helpify, una plataforma de crowdfunding para impulsar la investigación de las enfermedades raras y buscar financiación para iniciar nuevos estudios que logren la curación de estos pacientes. Esta iniciativa se realiza en colaboración con la FEDER.