"La pobreza es no poder consumir 2.173 calorías diarias"
Sergio Daga, investigador del Instituto Cultura y Sociedad (ICS), mantuvo un coloquio sobre la pobreza mundial y sus posibles soluciones en el Colegio Mayor Mendaur
"Si una persona no puede consumir 2.173 calorías diarias, se dice que está en una pobreza extrema", afirmó Sergio Daga, investigador del ICS, en el Programa de Alumni de Desarrollo Universitario (PADU) que tuvo lugar en el Colegio Mayor Mendaur.
El investigador explicó a los residentes que la pobreza lo abarca todo, "desde lo material a lo espiritual". Además, recalcó que "la pobreza es un efecto" y no una causa como dicen los pobreto logos. Y añadió que la pobreza tiene que ver con la capacidad de disfrutar del bien que se posee, porque si una persona "no puede disfrutar de los frutos de lo que tiene, sigue siendo igual de pobre".
El ponente explicó que la pobreza mundial no se soluciona "solo pensando en lo físico", sino que hay que "conocer el país que se quiere ayudar". Por eso "la solución de la pobreza pasa por los emprendedores locales", que son los que conocen la demanda de los ciudadanos. Además, explicó que la ayuda internacional es un remedio que, a veces, puede ser peor que la enfermedad, porque puede provocar que las empresas locales quiebren y tengan que despedir a los empleados locales, por lo que dejarían de tener un ingreso económico.
Daga dio las cifras de la pobreza a nivel mundial: "En el mundo hay 1.000 millones de pobres extremos". La mayoría de ellos, según explicó, están en la India y en Indonesia, porque poseen muchas zonas rurales, "las más vulnerables a los riesgos naturales".
El ponente analizó el caso de América latina, en donde se experimentó una reducción de la pobreza extrema. Daga achacó esta disminución al auge de los precios de lo que venden los países latinoamericanos, sobre todo, a China y la India. "Se ha salido porque los Estados recibían dinero que destinaban a políticas sociales", explicó. Sin embargo, el investigador puso en entredicho la finalidad de estas políticas, porque los políticos "van con ellas debajo del brazo", se sirven de ellas para "pedir votos".