“Se habla mucho de nativos digitales, nuestros hijos han nacido en un mundo de pantallas, pero lo que nosotros nos encontramos en los talleres de prevención de Proyecto Hombre La Rioja, es todo lo contrario, nos topamos con huérfanos digitales”. Según Óscar Pérez Escribano, antropólogo y educador social de Proyecto Hombre de la Rioja que intervino en una jornada  con el título “Adicciones 3.0: retos interdisciplinares ante las nuevas dependencias” organizada por la Facultad de Educación y Psicología, hay muchos niños y adolescentes, que “no tienen acompañamiento y se están moviendo en un mundo muy rico, muy creativo y positivo, pero, a la vez,  muy complicado y con riesgos como es el mundo digital”. Según el experto, los padres no se deben desentender de esa tarea y pensar que sus hijos saben más que ellos, ya que eso supondría “hacer dejación de nuestra responsabilidad como padres: les enseñamos a andar en bici, les acompañamos al colegio, les llevamos a inglés, y en esta parte que es la que, a día de hoy más problemática puede generar, los dejamos solos”.

Según expuso en la mesa redonda interdisciplinar en la que participó, parte  del trabajo que se hace en prevención en Proyecto Hombre La Rioja,  tiene que ver con la formación de los padres “en la primera sesión les pedimos que se instalen instagram en sus móviles, porque nos parece que si los padres quieren comprender a sus hijos, lo que les gusta, lo que significa un like o un dislike, lo que representa esa red social, la única manera es experimentarla, vivirla”. Según el educador social, los padres deben generar espacios comunes con sus hijos, lugares donde encontrarse, “si yo no sé quién es el Rubius (un famoso youtuber español), no podré hablar con mi hijo sobre él, ni podré incidir en esa formación”. Para Pérez Escribano, ese acercamiento hay que hacerlo  desde una perspectiva que no juzgue, sin demonizar, e intentando comprender que ese es el mundo de los jóvenes, “que no fue el nuestro y probablemente no vaya a serlo nunca, pero es un mundo al que nos tenemos que acercar. Hay que tender puentes, lazos de comunicación, y esos puentes, hoy en día, si no entendemos el mundo digital, no los podemos crear”. 

La mesa redonda estuvo moderada por el psicólogo David Ramírez, y la completaron Juan José Lamas Alonso, director técnico de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR), Vanesa Gargallo,  psicóloga de la Asociación de Ludópatas de Navarra ARALAR,  Conchi Mateo, miembro del Grupo de Educación Cívica, integrado dentro del Grupo para la Convivencia, que es un servicio de Policía Municipal de Pamplona centrado en impartir sesiones preventivas en los centros educativos de Educación Primaria, ESO, Bachiller y FP, tanto al alumnado como al profesorado y a las familias, y Lore Orozko, orientadora IES Mendillorri, maestra y psicopedagoga.

El juego online, un problema de salud pública

La jornada, que tuvo el aforo completo, contó también con la conferencia del catedrático de la Universidad de Valencia, Mariano Chóliz, que habló sobre las adicciones a los juegos online, y señaló la accesibilidad como una de las claves para cualquier adicción “ya pasó en el año 77 con la legalización del juego, con las tragaperras, que son muy accesibles y están en cualquier bar; y este efecto se ha vuelto a percibir con la legalización del juego online en la actualidad”. Según el experto, la explosión de la oferta ha hecho  que haya aparecido un nuevo perfil de jugador, “el perfil tradicional sigue existiendo, que es el jugador de máquinas tragaperras, pero ha aparecido un perfil de una persona más joven, hombre generalmente, de menos de 35 años,que juega sobre todo online: no sólo a través del ordenador o del móvil; también a los juegos de máquinas de apuestas que hay en los bares, que se realizan a través de internet. El juego online se ha convertido ya en un problema de salud pública”.