"Nos informamos leyendo solo los titulares y esto no es suficiente"
La Universidad ha organizado un simposio internacional para analizar la desinformación desde la lingüística
31 | 05 | 2024
"Nos informamos leyendo solo los titulares y esto no es suficiente". Así lo ha afirmado Sara Robles Ávila, catedrática de Lengua Española en la Universidad de Málaga y ponente del simposio internacional ‘La lingüística frente a la amenaza de la desinformación: perspectivas y metodologías de investigación’, organizado por el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra.
Durante su ponencia, Robles ha analizado el fenómeno de los clicbait: titulares llamativos y engañosos que buscan persuadir al lector para que ente en el enlace. Según la experta, “su forma sensacionalista y atractiva activa la ruta periférica de persuasión de los lectores”. A través de recursos lingüísticos, persuaden al lector a consumir información no siempre veraz y, habitualmente, de poca relevancia. Por ejemplo, adjetivos superlativos, expresivos o morbosos (‘el asombroso cambio de la influencer’ de moda), con cuantificadores y listas o el uso de verbos imperativos y de apelativos (‘No te pierdas estos 10 consejos de salud’).
Además, Robles ha alertado que este tipo de estructuras lingüísticas están empezando a verse en medios de comunicación impresos de la esfera nacional, incluso, en noticias de calado: “Se mantienen los rasgos típicos de las noticias clicbait y cualquier noticia es susceptible de entrar en este formato”. Aunque hay una menor prevalencia de titulares fraudulentos, la catedrática ha señalado que no siempre dan la información se sugiere el titular.
Pseudo-medios de promoción ideológica
Otro de los fenómenos de que favorecen la desinformación en la actualidad son los pseudo-medios. En su conferencia, Dolors Palau, profesora de la Universitat de València, los describía como “webs que imitan las formas y el estilo de composición de los periodistas pero que infringen las convenciones periodísticas y mezclan información con comentarios de opinión e ideología”. Estos medios pueden tratar de “vender una ideología” o también pueden prometer información que “nadie quiere dar y libres de ideologías pero que convierten la discrepancia racional en ataques desprovistos de argumentos”.
Según ha explicado Palau, estos medios se benefician del contexto digital, se crean y destruyen rápido y suelen ser muy críticos con los gobernantes del momento. Para la experta, estos medios suponen un riesgo de desinformación ya que emulan a los medios legítimos (muchas veces no se pueden distinguir) pero ofrecen información ideologizadas, mezclada con opinión y descontextualizada. Se pueden distinguir porque, además de utilizar titulares clicbait, se caracterizan por la polarización, la sátira de los políticos gobernantes, el contraste forzado de ideas no relacionadas (Mientras tú pagas la luz, el Gobierno se dedica a…’) o el uso de hipervínculos que no llevan a la información que sugieren, entre otras estrategias.
Durante el simposio también se han tratado temas como las traducciones y la desinformación, estrategias discursivas de la desinformación, el control del gobierno sobre las fake news o la promoción de la alfabetización mediática. Según Edurne Garde, investigadora del ICS y la Facultad y organizadora del simposio, la lingüística juega un papel fundamental en la desinformación“ pues permite la identificación de algunos rasgos y estrategias que favorecen la distinción entre contenidos fraudulentos y veraces”.