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Huellas de valor

Francisco Portillo, estudiante de 2º año del grado en Lengua y Literatura españolas con el diploma en Escritura Creativa, ha ganado el 2º premio en el I Certamen Literario de Relato Corto San Veremundo. El tema del concurso, “Errante”, ha inspirado este relato breve, que ahora tenemos el placer de compartir con vosotros.

Tras un largo día de dudas, decidió que era el momento. Sus sandalias crujieron al levantarse, y anunció un largo camino por el tamaño de su alforja. Pluma y hojas en blanco asomaban de sus bolsillos. Con la amenaza del tiempo, emprendió la marcha hacia un viaje incierto.

En un austero albergue, las llamas de una hoguera abrazaban a peregrinos con propósitos diversos. Al despertar al sol, solo quedaban cenizas y un persistente olor a leña quemada. Un errante le ofreció un poncho para resguardarse del frío, agradecido, lo aceptó. Un amargo café y un trozo de pan eran su única compañía antes de calzarse las sandalias y continuar.

Durezas y callos impregnaban sus pies. En la víspera de la noche, una fuerza le instaba a rendirse, pero al tocar su poncho, el latir de su corazón le insufló la energía necesaria. Quería cumplir su propósito.

Cogió pluma y hojas para escribir, siendo la primera frase: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. En su última parada, con las sandalias cubiertas de cortes y suciedad, se negó a deshacerse de ellas. Tras una gélida ducha, caminó el último tramo hacia la Iglesia de la Asunción. Ya no era dueño de sus pies; las sandalias marcaban el ritmo, la dirección y el destino.

Al abrir la puerta se envolvió en un profundo bienestar. Calambres recorrieron su cuerpo, fusionados a una sensación de calma y paz. Lo había logrado.

En ese momento, se dio cuenta de que cada duda y cada paso habían sido fundamentales en su travesía. Las hojas en blanco se llenaron con historias que narraban su viaje. Sentado frente a la iglesia, observó el firmamento. Las sandalias, desgastadas pero llenas de significado, reposaban a su lado.

Y es que, no hay inicio sin final ni final sin inicio. Lo importante es el camino.

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