-"Have you thought of your future?”
-"No, for I have been afraid to think of any future.”
Esta semana contamos con la colaboración de Andrés Lucas Jaramillo, graduado en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras. En la actualidad, cursa el Máster en Gobierno y Cultura de las Organizaciones en la Universidad de Navarra. En esta nueva entrada comenta la obra Great Expectations, de Charles Dickens.
Aún me acuerdo cómo fue mi primer día de clases en la universidad: levantarme temprano, arreglarme bien para causar una buena impresión, procurar llegar 15 minutos antes para no perderme al buscar el aula, sentarme en un buen sitio, no parar de mirar el reloj para ver cuándo llegaría el profesor… Esas quizá fueron las primeras sensaciones que experimentó el protagonista de Great Expectations cuando se mudó a Londres a empezar sus estudios.
Great Expectations es una de las principales obras del autor inglés Charles Dickens. Fue publicada por partes entre 1860 y 1861. La obra comienza icónicamente en uno de los pueblos pantanosos (the marshes) del condado de Kent. En el cementerio de una iglesia, el protagonista Phillip Pirrip “Pip” tiene un encuentro poco afortunado con un prófugo. Este encuentro le acompañará toda su vida, como se comprobará conforme se va avanzando en la historia.
Luego de haber conocido a una niña pudiente (Stella), Pip siente una suerte de complejo de inferioridad por su poca educación y “simpleza”, y hace suyo el propósito de labrarse un nombre en la vida para impresionarla. Pasados unos meses, y sin previo aviso, Pip recibe el comunicado de que un benefactor anónimo ha decidido pagarle todos los estudios para convertirlo en un gentleman. Después de despedirse de su familia, Pip empaca sus pertenencias y emprende su viaje a Londres para hacer realidad esas great expectations.
Aunque la novela trate temas propios de la época victoriana como las costumbres de la aristocracia, los líos amorosos, los litigios legales o la vida de los trabajadores y artesanos durante el nacimiento de las industrias, también aborda temas profundos como la libertad, la amistad y el amor incondicional.
Siempre he creído que hay algunas obras literarias que te vienen como anillo al dedo en determinados momentos de tu vida. Great expectations fue una de esas obras para mí, porque comencé a leerla cuando recién había acabado el Grado en Filosofía y estaba a punto de comenzar el Máster de Gobierno y Cultura de las Organizaciones en la Universidad de Navarra. Ciertamente, fueron tiempos de mucha incertidumbre, pero afortunadamente logré mantenerme firme en mis propósitos y sortear cualquier obstáculo.
La principal lección de Great expectations consiste en encontrar el propósito de uno en la vida, y saber corregirlo si es necesario (como se puede comprobar que le pasó a Pip en la novela). Pista: un buen propósito siempre estará alineado con las personas que más amas en el mundo y con tus valores más profundos. La universidad es justamente una época para descubrir y profundizar en ese propósito, a través de todo lo que ella tiene para ofrecer tanto profesional como culturalmente, y, sobre todo, en las relaciones que uno forja durante este período.
En conclusión, uno tiene que ser consciente del gran privilegio que tiene de vivir la etapa universitaria, y aprovechar ese tiempo para tener claro el propósito que uno quiere alcanzar en su vida. No obstante, ya se ha visto que ese propósito tiene que tener en cuenta a las relaciones que han forjado, forjan y forjarán nuestra identidad. En este sentido, la tarea de autoconocimiento que uno tiene es enorme; sin embargo, uno nunca está solo en ese viaje. Las personas que uno encuentra por ese camino hacen que esa aventura sea hermosa y digna de ser vivida.
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