Pensar

Habilidades de liderazgo en femenino: Nahikari Sánchez

Blanca Ezponda Sanz, alumna de 2º del Grado en Filosofía, Política y Economía (PPE), nos trae una crónica de la cuarta sesión del ciclo "Habilidades de liderazgo en femenino”. En esta ocasión, ha contado con la invitada Nahikari Sánchez, directora del Grupo de Investigación CRIMINA Risk, quien destacó la ilusión, el esfuerzo y la continua formación para cualquier camino profesional.

El pasado viernes tuvo lugar la cuarta sesión del ciclo de “Habilidades de liderazgo en femenino” y, esta vez, la invitada que nos acompañó fue Nahikari Sánchez. Desde niña tenía una inquietud: saber cómo prevenir la maldad en el mundo y entender qué pasa por la cabeza de aquellas personas que cometen semejantes atrocidades. Tras estudiar Ciencias Químicas, se lanzó a la Criminología en San Sebastián. Más tarde hizo un Máster en Seguridad y otro en Ciencias Forenses pues hasta 2005 la Criminología no se convirtió en título oficial. Su interés y apuesta por esta ciencia le abrió los primeros caminos en proyectos de consultoría gratuitos para varios ayuntamientos que más tarde se convirtieron en nuevos proyectos con presupuesto. Una vez comentado su recorrido profesional, vamos a resaltar algunos de los puntos de la sesión que creo que pueden ser interesantes. 

Nahikari insistió mucho en la importancia de emocionarte en todos tus proyectos y disfrutar con ello. “Debemos dejar de lado el síndrome del impostor”, nos decía. El síndrome del impostor es aquel que es incapaz de reconocer su valía y propios logros, creyendo que no será capaz de llevar a cabo aquello que se proponga. Para ello es fundamental la perseverancia, ir plantando semillitas que poco a poco irán dando su fruto. No debemos esperar a ser mayores, sino que desde jóvenes podemos leer libros acerca de temas que nos resulten interesantes, o participar en congresos y conocer a sus referentes.

La emoción de los comienzos y las herramientas que desarrollemos por el camino nos permitirán ser mejores en lo que hagamos. Sánchez define que una buena criminóloga es aquella que tiene vocación por su trabajo, lo que se refleja en un emocionarse día a día. Además, ésta debe ser inquieta y leer para formarse en su profesión. Es imprescindible la capacidad de análisis y una mente libre de prejuicios, pues se trata con lo “más oscuro del mundo”. La humildad juega también un papel muy importante para conocer lo que no se sepa entablando así una red con otros profesionales. 

La última idea, común a otras sesiones del ciclo y que pienso que es un punto clave en toda profesión, es el papel de la familia a la hora de tener tranquilidad de realizar tu profesión. Es muy difícil ser una buena profesional sin el apoyo de la familia, sin tener alguien en quien delegar las tareas cuando tienes que ausentarte. Para ello, es esencial que la familia camine hacia una misma dirección, hacia unos mismos objetivos. Esto a veces nos lleva a plantearnos la pregunta de: ¿familia o profesión?. Ella misma nos contaba cómo renunció a una beca en Australia por priorizar cuestiones familiares. 

Escuchar la trayectoria profesional de Nahikari y los consejos que nos brindó desde su propia experiencia me ha hecho reflexionar. Aunque seamos todavía estudiantes no debemos permanecer quietos, tenemos que movernos, interesarnos y profundizar en las cuestiones que nos inquietan de forma especial. Solo con esta actitud seremos capaces de alcanzar lo que nos propongamos. Y con esto no quiero caer en el “si puedes soñarlo, puedes hacerlo”, tan presente en la actualidad, sino que considero que es fundamental poner todas las herramientas y tener claro nuestro objetivo, con el fin de poder alcanzarlo algún día. También fracasaremos, pero con un sueño claro es más fácil perseverar y seguir caminando hacia la meta. Porque como le dijo un profesor a Nahikari: “Si apuntas a la luna al menos llegarás a la copa del árbol”.

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