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Hace unas semanas se celebró el Día de Patrón de nuestra Facultad. Aprovechando esa oportunidad, Luis Enrique Alas, estudiante de tercero del Grado en Literatura y Escritura Creativa, propone una aproximación al libro “Una educación liberal”, del profesor José María Torralba, catedrático de Filosofía de la Universidad de Navarra.

Una educación liberal. Una conversación continuada

Hace unos días, volví a casa después de clase dispuesto a perder el tiempo —estaba muy cansado, ¿vale?—, así que empecé a pensar en qué serie enchufarme o a qué cantante escuchar… Cualquier cosa. En eso, me acordé de que justo esa tarde había cogido un libro de la biblioteca, por lo que decidí ir al cuarto de estar a leer un poco. Un gran amigo mío, M., entró a los pocos minutos. Dejé el libro a un lado y nos pusimos a hablar de cómo nos había ido a lo largo de la semana. En un determinado momento, M. y yo empezamos a hablar sobre nuestras lecturas e inquietudes, incluso pusimos una versión de una pieza musical que nos gusta a ambos. Querido lector: vengo a contarte que eso son las Humanidades.

Me explico. Los estudiantes de facultades como la nuestra tendemos a reconocer mejor que otros el sentimiento de soledad. Cada vez hay menos alumnos matriculados, menos interés de nuestros compañeros por lo que se está viendo en clase —algunos con el ordenador abierto y, en el mejor de los casos, haciendo tareas de otras asignaturas en las que tampoco atienden—, más carreras eliminadas… la lista se amplía cada año, pero siempre nos lleva a la misma situación: darnos palmadas entre nosotros y admitir que “somos el último bastión de lo verdaderamente humano” o algo de ese palo. Esta imagen fue la primera que apareció en mi mente cuando me propuse empezar a escribir este texto. A fin de cuentas, es muy fácil rellenar papel increpando a nuestra sociedad y terminar apuntando cómo el libro que estoy reseñando, Una educación liberal de José María Torralba, es la solución a nuestros problemas.

Sin embargo, tras revisar alguna nota que tomé del libro que nos ocupa, caí en la cuenta de que estaría partiendo de una mentira. Querido lector, las Humanidades no están en las universidades —bueno, sí, lo están; pero no por las razones que a veces creemos—, las Humanidades están en las discusiones y conversaciones que tenemos sin proponérnoslo. Las humanidades están vivas porque tú y yo existimos, porque estamos vitalmente entreverados con aquello que llamamos “nuestra profesión”.

Precisamente por aquella relación tan vital que tenemos con lo que llamamos nuestras carreras, creo que este libro es bastante valioso para alguien como nosotros. Es verdad que, en él, se justifica la importancia del método de enseñanza a partir del programa de grandes libros y que —no dejes de leer por lo que diré a continuación— el planteamiento parte de una visión cristiana de la universidad. Pero, más allá del programa de grandes libros o de la exposición de la visión cristiana, lo que en verdad me parece que diferencia a este título de obras semejantes es que late tras él la idea de que nosotros, las Humanidades, hemos de habitar este mundo en actitud de abierta y amistosa discusión. El autor apunta, a modo de anécdota, que una vez fue a una charla con un título controversial dispuesto a convencer al ponente de que estaba equivocado. Fue allí a pesar de estar en desacuerdo, y participó en la discusión. Este es el motivo por el que este libro merece ser la recomendación de esta semana, pues contiene en sí —en la forma en la que aborda los temas, en cómo es transparente al indicar las coordenadas desde las que parte— todo aquello que nos caracteriza a los que tenemos interés humanista.

No te engañaré; el interés de este libro también se debe a que pienso que las humanidades y los libros forman parte de todas las carreras, pero no tengo interés en que lo leas y digas «sí, totalmente a favor». Más bien, tengo interés en que,  una vez leído este libro, partícipes en la discusión que plantea y sigas dando vida con tus conversaciones a las Humanidades. Te aseguro que las 172 páginas que conforman Una educación liberal no te dejarán indiferente. Aquí te espero, en este pequeño rincón, nuevo espacio de conversaciones que acaban derivando en diálogos sobre libros e, inevitablemente, sobre las Humanidades. Veamos qué discusiones surgen a partir de este (te adelanto, tenemos mucho que comentar).

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