Adaptación de la vid al cambio climático
El cambio climático está provocando importantes cambios en las prácticas de gestión vitivinícola debido al aumento de temperaturas y la reducción de las precipitaciones.
El crecimiento de la emisión antrópica de gases de efecto invernadero plantea un impacto negativo en el desarrollo de las variedades de vid más cultivadas, en su composición fenólica y, en última instancia, en la calidad del vino.
Objetivos
Mantener la producción y la calidad de la vid en las condiciones climáticas futuras; y estudiar la capacidad adaptativa de diversas variedades antiguas de vid recuperadas en Navarra a distintos factores ambientales asociados con el cambio climático.
El IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático) prevé para 2100:
CO2 ATMOSFÉRICO
Aumento en la concentración de CO2 atmosférico (700 ppm).
EFECTO INVERNADERO
Un incremento de la temperatura (4°C) debido al efecto invernadero.
AGUA
Una reducción en la disponibilidad de agua.
En el área mediterránea, la falta de adaptación a las condiciones o estreses más habituales (elevada temperatura, sequía y salinidad) limita la productividad de numerosas especies, poniendo en peligro la sostenibilidad de la producción.
La viticultura tiene una gran importancia en España, tanto por la superficie que ocupa como por su relevancia socioeconómica, y se reparte entre las diferentes denominaciones de origen, incluidas las de Navarra y La Rioja. Recientes trabajos llevados a cabo en la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (EVENA) han permitido recuperar un gran número de variedades de vid antiguas cultivadas tanto en Navarra como en otras comarcas del valle del Ebro.
El estudio de estas variedades antiguas y su potencial para adaptarse a estreses acentuados por el cambio climático supone un beneficio no sólo económico, sino también ecológico, contribuyendo en gran medida al desarrollo de una agricultura sostenible.
En este contexto, el grupo de investigación de Fisiología del Estrés en Plantas de BIOMA lleva trabajando unos 20 años en la respuesta y adaptación de los cultivos, incluida la vid, a distintos escenarios de cambio climático. Para ello, cuenta con instalaciones específicas para este tipo de estudios como son cámaras de crecimiento, invernaderos-cámara (GCG), e invernaderos de gradiente térmico (TGG).