Estudio integrado de una cuenca forestal
Desde el año 2006, los investigadores de BIOMA participan en el seguimiento intensivo de una cuenca hidrológica ubicada en el Parque Natural del Señorío de Bertiz (Red Natura 2000).
El proyecto, que se enmarca en el Programa de Cooperación Internacional sobre Monitorización Integrada (ICP-IM) del Convenio de Ginebra sobre Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Larga Distancia (CLRTAP), tiene por objeto supervisar el estado de los ecosistemas, desarrollar y validar modelos para predecir la evolución de los mismos y proporcionar una base científica que permita adoptar estrategias de conservación.
Los resultados obtenidos hasta la fecha indican que la cuenca hidrológica estudiada en Bertiz, de 135 hectáreas, presenta un gran estado de conservación, mostrando igualmente una biodiversidad muy elevada. En las 102 cuadrículas de seguimiento se han identificado 128 especies vasculares, 110 especies de briofitos, 160 especies de hongos (de las 500 especies catalogadas en los hayedos de Navarra) y 30 especies de ectomicorrizas asociadas a las raíces del haya (Fagus sylvatica). Estos datos nos dan una idea de la alta biodiversidad florística del parque natural.
El buen estado de conservación del Señorío de Bertiz puede hacerse extensivo a la Regata del Suspiro que recorre la cuenca. Todas las especies piscícolas encontradas hasta la fecha son autóctonas y algunas de ellas, como el cavilat (Cottus aturi), solo aparecen en tramos de montaña poco alterados, constituyendo un excelente indicador del buen estado ecológico de la regata.
Respecto a los niveles de contaminantes detectados, éstos son muy bajos, como corresponde a una zona rural alejada de focos contaminantes. En este sentido, se ha realizado un estudio retrospectivo de la evolución de la calidad del aire del Señorío de Bertiz analizando ejemplares de musgo conservados en herbarios desde 1879. Los resultados indican que la contaminación por metales pesados de la zona era significativamente superior en el S. XIX en comparación con la existente hoy en día. Este hecho tiene que ver con el uso del territorio en aquella época, en la que eran frecuentes las carboneras para alimentar a las numerosas ferrerías existentes en los valles de alrededor, instalaciones que liberaban contaminantes a la atmósfera generados en los procesos de combustión.
También se han determinado los niveles y composición del material particulado atmosférico (PM10) y el depósito de compuestos orgánicos como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Los niveles detectados son similares a los de otras zonas rurales, siendo el tráfico rodado y la quema de biomasa las principales fuentes de contaminación de la zona.
Por otro lado, los estudios de sobre biodiversidad realizados en el Parque Natural han puesto de manifiesto que desde el S. XIX hasta la actudalidad se ha producido un incremento gradual de la aparición de especies nitrófilas, lo que sería indicativo del aumento de los niveles antropogénicos de nitrógeno en la zona. Esta tendencia se ha visto corroborada mediante el análisis del agua de lluvia, detectándose niveles de nitrógeno próximos a la carga crítica establecida para los hayedos (10 kg N ha-1 año-1), umbral a partir del cual se pueden empezar a producir daños en los ecosistemas.
Cabe resaltar que el hecho de disponer de un lugar de estudio como Bertiz resulta esencial para adquirir series temporales de datos largas y estudiar así la evolución de los ecosistemas en relación con problemas ambientales tan importantes como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o el depósito de contaminantes. Por ello, está previsto continuar con las actividades de monitorización hasta disponer de series de datos durante un periodo mínimo de al menos 25 años.