Carmen Corrales
Centro de Investigación del Cambio Climático
Proyecto Fin de Carrera Máster Universitario de Arquitectura
Universidad de Navarra
Tutor: Eduardo Escauriaza
Se trata de un Centro de Investigación del Cambio Climático en la parte inferior del Parque del Retiro, en Madrid. Es un solar caracterizado por la presencia de mucha vegetación que actualmente pasa desapercibido a pesar de estar en una zona muy transitada, debido a la presencia de una pendiente muy pronunciada que culmina en la Ciudad de las Ciencias, donde el acceso es complicado, además de la falta de un foco de interés.
Aprovecharemos todas las cualidades que nos brinda el solar para construir un edificio que se integre con el entorno, lo respete y nos permita contemplar la naturaleza, haciendo de esta un objeto de estudio además de un foco de interés ciudadano, recuperando el carácter científico- cultural de la zona.
La colocación de espacios y la forma del edificio responde a un estudio climatológico del entorno, que da como resultado un Edificio Vivo, no solo por la presencia del gran invernadero central con diferentes especies vegetales, sino por las actividades cambiantes de su interior y por tratarse de un edificio capaz de responder y adaptarse a las diferentes necesidades. Las fachadas y las cubiertas practicables nos permite ventilar el espacio y responder a las necesidades según la actividad o la estación del año. El gran óculo central en cubierta responde principalmente a los requerimientos de la vegetación interior, dotándola de aire así como de agua procedente de las precipitaciones. Además focaliza el invernadero y la naturaleza dentro del conjunto del proyecto.
Las diferentes medidas pasivas utilizadas, como enterrar los diferentes usos, utilizar el invernadero como espacio previo a las zonas de uso, los filtros existentes que nos ofrece el entorno... nos permiten lograr un gran ahorro energético, controlar las pérdidas y ganancias del edificio, además de alcanzar, de forma controlada, las condiciones deseadas en el interior.
Los usos y las actividades se vuelcan hacia el invernadero, haciendo que la naturaleza sea el elemento central estructurador del edificio. Las rampas helicoidales que recorren el perímetro de fachada nos permiten comunicar las dos partes del solar en diferente cota, generando un recorrido antes inexistente para llegar a la parte superior, donde se encuentra la Ciudad de las Ciencias, además de permitir la comunicación con el entorno y el interior.
El elemento principal del proyecto es siempre la naturaleza, la nueva y la existente. Nuestro edificio no pretende destacar sobre el entorno, sino respetarlo en todo momento, hacer que el usuario se comunique con la vegetación, visualmente, a través de los recorridos interiores, y con la recuperación de la Plaza del Observatorio, dotándole de nuevo del protagonismo que se merece en la cumbre.
El proyecto quiere aportar y ser relevante no por su forma o por ser el nuevo protagonista de la zona, sino por traer vida al solar, por las actividades de su interior, por generar interés en la ciudad, por respetar el entorno, y por contribuir en preservar y generar espacios naturales.