Un nuevo jardín que completa los jardines de El Retiro.

Un nuevo jardín, que cuestiona la idea de “jardín” y la replantea de nuevo.

Un nuevo jardín, que cultiva el espíritu y que al recorrerlo, crea en los visitantes otro jardín, imaginario y abstracto, de conocimientos y reflexiones sobre la jardinería. 

El proyecto surge en base a un análisis urbano, un análisis teórico y conceptual sobre el tema y un análisis del propio proyecto existente, el vivero municipal de estufas de El Retiro.

El solar esta situado en las inmediaciones del famoso parque de El Retiro, concretamente en el franco sur de éste. Esto supone que se haga especialmente hincapié en estudiar cómo funciona el parque y qué es aquello que lo estructura. También cómo es su límite con la ciudad y su interacción con ella en este punto. 

El proyecto, además de ser una respuesta arquitectónica, también pretende ser una reflexión personal acerca del jardín y la naturaleza como medio de aprendizaje; y cómo la arquitectura puede ser un aliado para conseguirlo.

Para ello se realiza un análisis teórico que pone en cuestión lo que hoy entendemos como “escuela”. Se vuelve al origen de la palabra, scholḗ, creando así una nueva interpretación de este concepto. También se cuestiona el significado del jardín, en base a las reflexiones del paisajista Guilles Clement. 

Tras esta fase de análisis se concluye que el proyecto debe entenderse como un recorrido más que conecte con el resto de recorridos del parque. Creando, a su vez, un nuevo jardín. No solo como lugar de ocio, sino como lugar de conocimientos y reflexiones sobre plantas y jardinería. Para conseguirlo, de la misma forma, crear pequeños jardines que resguarden aspectos propios del jardín y de los viveros. Atmósferas distintas dentro de un mismo jardín. Todo ello, dentro del conjunto de los jardines de El Retiro. En definitiva, un jardín de jardines entre jardines. 

Urbanamente el proyecto se estructura de la misma forma que lo hacen sus entornos próximos. Al igual que El Retiro, se toma el límite, los elementos de agua, los puntos de encuentro, el recorrido y el jardín como elementos estructurales que ordenan el lugar. Por otro lado, de su entorno urbano, se toma el carácter individualizado e independiente de la edificación que presenta. La conservación y replanteo de algunas preexistencias, junto con las alineaciones de las edificaciones colindantes, son los criterios escogidos para la composición del mismo. 

El proyecto tiene como objetivo poner en valor la jardinería e integrase como un jardín más dentro del parque. Por esta razón, se busca una estética discreta y sencilla que deje como protagonista a la vegetación a lo largo del todo el recorrido. Se propone una edificación de una única altura, de fachada abierta en su orientación norte y fachada prácticamente ciega hacia el sur. Esta dualidad en la fachada, además de basarse en criterios funcionales, permite que la arquitectura interactúe con la naturaleza. Por un lado, la integra y la hace formar parte de ella y por otro, la realza y actúa como telón de fondo. 

Aun siendo un proyecto de pabellones individuales, queriendo mantener una unidad formal, se establece un sistema para adaptar cada pabellón al uso destinado sin perder el concepto formal que lo define. Este sistema se compone de 3 elementos:

_Una “cáscara” que cubre el pabellón. Realizada en hormigón con un sistema de pórticos, cuelgan en sus extremos paneles de GRC que cubren el edificio. Hormigón a la vista, desnudo, carpinterías escondidas, ninguna distracción para observar y apreciar la naturaleza que lo envuelve.

_Los núcleos de servicios. Elementos independientes también de estructura de hormigón pero cuyo interior es de madera. Nuevos espacios, más cálidos, más recogidos, que permiten ocultar las instalaciones para disponer de un espacio central puro. Arquitectura y naturaleza, nada más. Desplazados y “enganchados” a la estructura que soporta la “cáscara”, crean dinamismo en la fachada norte.

_Una variación de nivel. En referencia a los juegos del suelo que presentan los invernaderos, creando diversos recovecos y espacios para la plantas, se apuesta por traducir este concepto. Crear una pequeña variación de nivel que, de la misma forma, juegue con los espacios y se adapte a las necesidades del programa ( prolongación de las mesas de las aulas, creación de un pequeño graderío para la sala de conferencias..).

Con lo anteriormente mencionado se consigue así poner en valor este lugar y crear un nuevo espacio de ocio y cultura que destape el paraíso vegetal y emocional que alberga, manteniendo al mismo tiempo la identidad del mismo en las inmediaciones del parque de El Retiro.

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