El ser humano ha buscado a lo largo de la historia elevarse sobre el suelo, acercarse a lo divino, o simplemente adentrarse en el mundo de las ideas que presentó Platón. En este dualismo entre lo material y lo intangible entra en juego la geometría de este proyecto. 

A partir de las preexistencias mantenidas por motivos históricos o de producción se completa la trama ortogonal incipiente con caminos que transitan el plano base de manera que permite el correcto funcionamiento del ámbito de trabajo. Sobre ella se superpone una nueva trama que da lugar a un nivel diferente y elevado donde queda el plano de paseo y observación.

El recinto está limitado y escondido por un muro perimetral de aparejo toledano. Este muro es lo que ha mantenido y protegido a lo largo del tiempo esta mágica atmosfera que se respira en los viveros actualmente.

Para integrar este espacio tan especial de la ciudad de Madrid en el parque del Retiro, se sitúan tres rampas de acceso peatonal que ascienden recorriendo dicho muro hasta superarlo sin nunca entrar en contacto con él.

Elevando esta cota se genera un cambio en la vista del horizonte que posibilita una nueva visión hacia El Retiro. Es a través de esta pasarela donde se produce el acceso a los pabellones. desde donde se comprenden las dos realidades que conforman la dualidad presente en este proyecto.

En la fase de proyecto básico y de ejecución se ha desarrollado estructural y constructivamente el pabellón de la sede del centro de interpretación, pudiéndose aplicar la misma solución a los demás adaptándose según su uso y tamaño. 

El interior de esta sede se divide en 4 plantas. Conectadas por un núcleo de comunicación de vidrio exento.

A la planta superior se accede desde la pasarela elevada a través de un cajón de entrada de acero corten que enfatiza la transición entre elementos. En esta planta se puede observar el vestíbulo, la recepción y los despachos de administración. Todos ellos conformados a partir de tabiques de pladur curvos con huecos de vidrio que dejan entrar luz natural en dichas estancias. Este espacio tiene una altura de 15 metros que desmaterializa por completo el límite de la envolvente.

La planta baja alberga la cocina y el restaurante cuyas mesas están ubicadas en el espacio de doble altura, disfrutando de la zona más transparente de la envolvente, conectando así a la persona con la naturaleza del exterior, la verdadera protagonista del proyecto. En esta planta también se encuentra la tienda de museo, la cual se conforma por mobiliario diseñado para acompañar el mismo lenguaje que el pabellón

En la planta sótano se encuentra el salón de actos. Este es de planta circular, con la tarima en la cota más baja, invitando a diversos tipos de sesiones tanto formativas como participativas e interactivas.

Por último, se puede observar la planta de servicios, donde se encuentran los aseos y las salas de instalaciones, aprovechando el desnivel que se genera a partir del salón de actos.

La estructura configura el edificio a partir de dos sistemas que trabajan de manera independiente; por un lado, la estructura de los forjados de hormigón postesado y por el otro, la estructura estérea de la envolvente. Esta última consiste en una estructura de tubos y barras de acero corten trianguladas y articuladas con nudos sistema Ortiz. Esta estructura se genera a partir de arcos paralelos entre sí de diferentes alturas. Dicha variación es lo que dibuja la forma final de la envolvente.

Este armazón no entra en contacto con la estructura de hormigón excepto en su punto de apoyo que tiene lugar en la cara exterior de los muros de contención.

Sobre la estructura de acero se sostienen los cojines de ETFE, material elegido por su ligereza, eficacia térmica y cualidades de protección solar.

Estos cojines están compuestos por tres membranas de plástico separadas por cámaras de aire regulables. A través de un sistema de aeración se puede controlar de manera eficiente la transparencia de la envolvente y la cantidad de luz solar que se permite entrar en el espacio.

De esta manera se plasma el dualismo entre lo material y lo intangible, lo práctico y lo teórico, ofreciendo un lugar a la ciudad de Madrid de pensamiento, reflexión e interacción con la naturaleza desde una perspectiva diferente.

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