Natalia Cuevas
Mercado de flores, frutas y verduras - Las Vistillas
Proyecto de Fin de Carrera Máster Universitario de Arquitectura
Universidad de Navarra
Tutor: Luis Tena Núñez
Se plantea como objeto de proyecto un mercado de flores, frutas y verduras de temporada en el espacio del Jardín de las Vistillas, en el centro de la ciudad de Madrid, coincidiendo con el eje que transcurre desde el Palacio Real y la Puerta de Toledo. Se trata de un lugar estratégico en la cornisa de Madrid sobre el río Manzanares con unas vistas singulares de la Catedral La Almudena así como de todos los atardeceres que se presencian desde el sitio. Precisamente el carácter castizo lo caracteriza, y se ha convertido históricamente en un lugar emblemático como punto de encuentro para los residentes de Madrid. Tanto es así, que las famosas fiestas de San Isidro se celebran aquí.
Sin embargo, y aun siendo todavía un lugar de gran carácter e importancia, se encuentra en la actualidad en un estado mejorable y con ocupaciones y asentamientos irregulares. Es por ello que se pretende intervenir en la totalidad de la parcela mediante tratamiento de los jardines y mejora de pasos y espacios públicos para conseguir una homogénea mejora de todo el conjunto. En concreto, el programa a resolver se situará en una parte edificada sobre rasante y otra enterrada y tratará de rememorar el antiguo mercado de frutas y verduras varias que se organizaba de manera aleatoria pero que funcionaba en el pasado.
Para acometer con las necesidades programáticas y contribuir con la memoria histórica, se planteará para la parte edificada un espacio versátil de estructura ligera que contemple diferentes usos más allá de los estipulados estrictamente en el programa. En cuanto al resto de actividades que se podrán llevar a cabo en esta parte del edificio se encuentran los puestos típicos de las fiestas de San Isidro.
Esta parte en su uso normal se tratará de un mercado de flores con espacios de cafetería y terraza sirviendo como filtro para el acceso al resto de espacio público.
Se plantea como un espacio de uso diurno y se relaciona con el sol de mañana que da paso al resto de la parcela donde se podrán llevar a cabo diferentes usos durante el resto del día.
Por otra parte, se plantea una parte del edificio enterrada con acceso desde el mercado de flores y desde la plaza Gabriel Miró con grandes patios como aperturas que desemboca en un gran ventanal de carpintería fina que da lugar a la terraza de los restaurantes que contemplan el paisaje y los atardeceres.
Se trata de un recorrido en sí mismo que discurre desde los puestos de frutas y verduras hasta culminar en la parte hostelera con espacios de restauración, cafetería y show cooking de la materia prima vendida en el lugar.
En definitiva se conecta el espacio de mercado con el espacio público que acaba volviendo a conectarse con el espacio público una vez la experiencia del usuario haya pasado desde la propia compra del producto, la degustación del mismo en el espacio de hostelería y lo haya saboreado contemplando el paisaje del espacio público.
Como idea generadora de todo el proyecto se encontraba desde el principio la idea de potenciar las vistas características del propio lugar. Para lograr tal objetivo, se organiza una pasarela de carácter contemplativo que transcurre desde la calle de Bailén, pasando por la cubierta del mercado de flores y llegando a conectarse desde el espacio público al que llega con el mercado de frutas y verduras enterrado. Se trata de una sutil silueta que se apoya ligeramente sobre el terreno que pretende organizar un recorrido que comprometa todo el programa pero que enfatice las características vistas del lugar.