Adriana García García
La plaza a pie del silo
Proyecto Fin de Carrera Máster Universitario de Arquitectura
Universidad de Navarra
Tutor: Jorge Tárrago Mingo
La herencia industrial presente en nuestro paisaje nacional, generalmente obsoleta en la actualidad, tiene una relevancia histórica y contextual que merece perdurar en el tiempo como algo más que simples ruinas. Este proyecto plantea abordar un caso particular para servir como ejemplo de revalorización, rehabilitación y reutilización de los añejos edificios industriales con coherencia, respeto y en beneficio de la sociedad.
La granja como límite y pedestal. La imponente presencia de un silo de grano en desuso, edificio de gran masividad y carácter monumental, hace del emplazamiento del proyecto un lugar único. Por ello, la intervención planteada pretende potenciar la construcción existente mediante una arquitectura que la complemente y contribuya a su contextualización como hito en el paisaje y parte de la Historia.
Dicho carácter minimalista que quiere otorgarse a la nueva obra, unido al enfoque agroganadero de su programa, hace coherente el servirse del desnivel del terreno hacia el sur para proyectar la propia arquitectura como recinto para el ganado. Se enrasa su cubierta a la cota de suelo del silo y se desarrollan los espacios ganaderos y residenciales debajo de esta, siguiendo una distribución concreta que apoya el recorrido visitable generado, intencionadamente, en el perímetro del cercado.
La intención de poner en valor el silo promueve una intervención que minimice su impacto, por lo que se limita su conceptualización a lo constructivamente necesario, buscando enfatizar siempre los principios de hito, recinto y recorrido. Por tanto, el proceso consta de realizar unas leves excavaciones, sobre las que se construyen unos muros que conforman el perímetro, y sirven de apoyo a las vigas de madera que modulan la edificación, con unos cerramientos diferenciales según el tipo de fachada, y culminado, todo ello, con un conjunto de cubiertas vegetales que conforman la unidad e insertan el todo en el entorno.
Recorriendo el silo. Recordando la intención de diálogo entre la arquitectura nueva y la existente, y buscando el equilibrio formal y visual entre ambas partes, se hace uso del principio de recinto y recorrido perimetral utilizado en la Plaza para proyectar los espacios en el interior del silo. La peculiaridad de dicha construcción fomenta insertar los espacios divulgativos en él, para así dar a conocer la grandiosidad y el previo funcionamiento del edificio. Los usos se distribuyen en plataformas de madera, apoyadas sobre huecos abiertos en los muros de hormigón y cuya circulación es siempre perimetral. Además, se enfatiza tanto la monumentalidad como el concepto de recorrido conectando la totalidad de los forjados habitables mediante un sistema de rampas periféricas.
La esencialidad constructiva como propia arquitectura. Se proyecta una caracterización material basada en lo esencial, minimizando los elementos a aquellos que reflejen la utilidad en sí misma, y mostrando la pureza material.
La construcción se limita al uso de cuatro materias primas con funciones diferenciadas, cuyo tratamiento se adapta a las exigencias de cada tipo de espacio, y fomenta la dualidad entre fachadas abiertas a la plaza interior y fachadas cerradas al límite exterior. La piedra caliza como sustentación y división programática, como límite diferenciado, masivo y opaco. La madera laminada encolada como soporte horizontal y elemento de modulación. La carpintería de madera y vidrio como cerramiento vertical, modulable según convenga. Y, la cubierta vegetal como remate del conjunto, por sus propiedades de protección climátic, y su contribución a minimizar el impacto visual del conjunto.
La crudeza material promueve un proyecto que abandere la coherencia y sostenibilidad, el bajo impacto ambiental y la posibilidad de circularidad. Plantea recuperar técnicas constructivas anteriores para combinarlas con la tecnología estructural y constructiva de la que disponemos en la actualidad.