En el contexto actual de las migraciones globales, la integración social y cultural de las personas inmigrantes en los países occidentales plantea desafíos complejos. Este proyecto de fin de carrera aborda esta problemática desde una perspectiva arquitectónica, proponiendo un Centro de Acogida ubicado en Madrid Río, junto al río Manzanares. 

Este emplazamiento representa un gesto de bienvenida y apertura hacia la diversidad cultural. Esto puede alentar la celebración y el intercambio de culturas entre los inmigrantes y la comunidad local, promoviendo la compresión mutua y el respeto. La proximidad al río conecta a los usuarios con la naturaleza y la historia del entorno. Además, la relación con elementos históricos y patrimoniales, como el Palacio Real, el Campo del Moro y la Casa de Campo, enriquece la experiencia espacial y refuerza la integración con la ciudad. 

El objetivo principal de este proyecto es ofrecer un espacio que no solo atienda las necesidades básicas de los inmigrantes en situación de precariedad, sino que también promueva la convivencia, el entendimiento mutuo y el crecimiento progresivo de estas comunidades.

El concepto del proyecto se centra en diseñar un conjunto de espacios modulares y evolutivos que puedan adaptarse con el tiempo a las necesidades cambiantes de los usuarios. Es un proyecto que está en constante evolución, ya que va variando según la ocupación en cada momento. 

Este enfoque permite que sean los propios inmigrantes quienes participen activamente en la configuración y evolución de los espacios, fomentando un sentido de pertenencia y autogestión. 

Para la construcción del centro se ha creado un catálogo de módulos prefabricados que varían en su composición según el uso. La solución modular se basa en un sistema de módulos de 4,5 x 4,5 metros, que pueden combinarse de manera independiente para crear diferentes configuraciones funcionales. 

Los módulos funcionan totalmente independientes de forma que sea viable una construcción adaptada a las necesidades. Esta flexibilidad es clave ante la rotación de los inmigrantes en el Centro.

El programa arquitectónico del Centro de Acogida se distribuye en tres niveles, organizados según las actividades y el grado de privacidad que ofrecen. 

La planta del estanque constituye el área más social, destinada al culto, el juego y otras actividades comunitarias que fomentan la interacción entre los inmigrantes y la comunidad local. 

La planta intermedia, o de acceso, agrupa espacios de trabajo colaborativo, coworking y una cafetería, donde se promueve el intercambio de ideas y la formación profesional. 

Por último, la planta superior alberga las zonas más privadas, con módulos de vivienda y cocinas, ofreciendo un ambiente tranquilo y seguro para el descanso.

Estos módulos están compuestos por elementos constructivos repetitivos, como fachadas, paneles interiores, forjados y cubiertas, lo que facilita su montaje y adaptación. Este sistema permite reducir los tiempos de construcción y dota al proyecto de un dinamismo constructivo.

En conclusión, el Centro de Acogida para Inmigrantes en Madrid Río se presenta como una solución arquitectónica adaptable y eficiente que prioriza la integración social, el dinamismo constructivo y la convivencia comunitaria. Su diseño modular y evolutivo responde a las necesidades cambiantes de los usuarios, promoviendo un entorno seguro, funcional y conectado con la ciudad.

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