¿Se puede revertir la curva de la natalidad en España?
Investigación de la profesora Dolores López en torno a esta cuestión

FotoManuel Castells/
¿Cuáles son las causas y consecuencias del descenso de la curva de natalidad? Dolores López, profesora de Geografía en la Facultad de Filosofía y Letras, investiga algunos de los motivos sociales, demográficos, económicos y personales que han llevado a lo que se conoce como "invierno demográfico".
En 2024 se registró un ligero aumento del número de nacimientos en España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, la curva demográfica continúa su descenso: el número de hijos por mujer en España es de 1,12. Según explica Dolores López, “este fenómeno tiene un impacto en la estructura de la población, y es que vivimos en una sociedad cada vez más envejecida. Sin embargo, esto tiene una cara buena: significa que los esfuerzos por aumentar la esperanza de vida están dando sus frutos, pero también tiene sus desafíos, pues una sociedad muy envejecida requiere retos de gobernanza específicos”.
El diagnóstico: múltiples causas
Como recoge en su artículo El reto de la conciliación trabajo y familia, ¿qué nos estamos jugando?, una de las razones que dificultan la llegada del primer hijo en la familia es la conciliación entre trabajo y hogar: “No tener un empleo estable y una independencia económica se ha revelado como el factor al que las mujeres dan más importancia, según la Encuesta de Fecundidad (INE). Y, en un conflicto entre trabajo y familia, se opta por el trabajo. En países como Francia o Escandinavia hay políticas concretas que favorecen la conciliación familiar”. Sin embargo, añade que el reloj biológico de la mujer asociado a la fertilidad no se ralentiza.
Otra de las causas que señala la investigadora para explicar este fenómeno es la crisis ambiental: “Los jóvenes tienen una visión profundamente negativa sobre el futuro del planeta, y se plantean como un acto egoísta traer a un hijo a un mundo cuyo futuro ven negro”. A la vez, también afirma que hay jóvenes que desean tener hijos, pero confiesan que encontrar una pareja con quien compartir un proyecto de vida es complicado: “Los demógrafos no suelen prestar tanta atención a las relaciones personales, pero es uno de los aspectos que más afectan al retraso de la natalidad”. Esta realidad se traduce en el origen de nuevos modelos familiares, como quienes desean ser padres en solitario, lo que provoca, a su vez, un cambio en las estructuras sociales.
Algunas consecuencias y retos
La caída del índice de natalidad tiene muchas consecuencias, aunque se pueden convertir en retos para la sociedad. “Lo que vemos actualmente es que la pirámide poblacional comienza a revertirse, y hay un gran desequilibrio entre las cohortes de las distintas generaciones”, añade Dolores. El envejecimiento poblacional supone, por ejemplo, una mayor dependencia del sistema de pensiones, por lo que, “impulsar políticas gubernamentales es uno de los desafíos a futuro”.
“La gran consecuencia del envejecimiento poblacional es la soledad. Vivimos más años, la aparición de enfermedades se ha retrasado y la esperanza de vida va en aumento. Pero las personas mayores sufren cada vez más soledad”, explica. En su investigación El reto del envejecimiento demográfico. Aportes desde la relación trabajo y familia apunta a algunas de las causas: la vida ajetreada y la sociedad individualista en la que vivimos provocan el debilitamiento de las relaciones familiares.
El fenómeno de la migración también ha tenido un gran impacto en España, aunque sus consecuencias en la demografía han sido muy positivas: “En lo relativo a la natalidad, la llegada de migrantes ha sido beneficiosa. Las mujeres, más jóvenes que las nativas, tienen un nivel de fecundidad más alto, por lo que el impacto en el número de nacimientos es positivo”.
El debilitamiento de las relaciones, en la base del problema
“Todos los demógrafos podemos dibujar la curva de la fertilidad y atender a causas económicas, sociales o sociológicas, pero creo que no debemos olvidar la visión trascendental de la vida”, explica Dolores. En su investigación, ha tratado de conocer los cimientos que dan razones a la caída de la natalidad: el debilitamiento de los vínculos personales, el impacto que tiene en nosotros el individualismo de la sociedad y el enfrentamiento dialéctico entre hombres y mujeres.
Ante este panorama, Dolores concluye que construir alianzas sociales se vuelve difícil: “Y no debemos olvidar que en la base de la sociedad está la familia. El núcleo familiar es el mejor ejemplo de alianzas entre generaciones y sexos, donde se generan vínculos fuertes, como la filiación y la fraternidad. Y donde se aprende de un proyecto de amor compartido. Como decía Rafael Alvira, la familia es el lugar al que uno vuelve. Pero, ¿qué ocurre si es un lugar vacío?”.