Charles Darwin y la religión: historia de un diálogo entre la Ciencia y la Fe
Seminario organizado por el Grupo de Investigación Ciencia Razón y Fe
Juan Pablo Martínez Rica, vicepresidente de la Real Academia de Ciencias de Zaragoza e investigador científico emérito del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, fue el encargado de impartir el seminario del grupo de investigación Ciencia Razón y Fe (CRYF) de la Universidad de Navarra del pasado 8 de abril.
La charla se centró en la vida y la obra de Charles Darwin (1809-1882) aludiendo también a sus predecesores y sucesores en la formulación de la teoría de la evolución.
El profesor Martínez Rica sostuvo que Darwin fue el autor de la mayor revolución científica y cultural de la historia: su mayor influencia fue en la biología aunque su obra más conocida, "El origen de las especies" (1859), incidió notablemente también en la Sociología y en la Psicología. Los 1250 ejemplares que se publicaron en la primera edición se agotaron en un día.
Fueron precursores suyos en el siglo XVIII Carl Linneo (1707-1778), quien reconoció la posibilidad de cambios en las especies, pero fruto de híbridos; Georges Louis de Buffon, quien se opuso a von Linne y escribió una Historia Natural (1707-1788) y su propio abuelo Erasmus Darwin (1731-1802). En el siglo XIX destacan Jean Baptiste de Lamarck (1744-1829) y George Cuvier (1769-1832), coetáneo de Charles Darwin y su oponente declarado.
Charles Darwin no terminó las carreras de Medicina y de Sacerdocio que empezó. Su interés por la historia natural era innato, pero lo acentuaron las influencias de distintos profesores, principalmente de John Henslow, sacerdote anglicano que enseñaba botánica y geología en la Universidad de Cambridge, y que muchos años después trabajaría como pastor en una parroquia rural. En 1831, con 22 años, se embarcó en el "Beagle", un barco que daba la vuelta al mundo para cartografiar las costas de América, y ese viaje le cambió la vida: allí tuvo la oportunidad de leer a Lyell y su obra "Principios de Geología", que le convierte al gradualismo. Malthus y su "Principio de población" fueron también determinantes.
El proceso religioso en Darwin fue el de un progresivo abandono de la fe cristiana. Fue tan lento que, según él mismo comentó, no le causó ningún trauma psicológico. Diversos factores le influyeron en este proceso. Algunos afirman que el más determinante fue la muerte de su hija con 10 años. Pero el abandono paulatino de la fe ya se había iniciado años antes. Comenzó por un enfriamiento de la piedad que vivió de muy joven y que fue sustituida por el interés creciente por la ciencia. Siguió con la perdida de fe en el Antiguo Testamento al no aceptar a un Dios que se le presentaba como violento y, posteriormente, también en el Nuevo al no aceptar los milagros que en él se narraban. La muerte de su padre también influyó negativamente en este proceso.
En cualquier caso no parece que abandonara completamente la fe en Dios. "De hecho, su actitud religiosa fue oscilante entre estos extremos, tendiendo a mostrarse más agnóstico ante los creyentes, y más teísta ante los ateos", sostuvo el investigador Martínez Rica.