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Estudiantes y mentores de la Universidad vuelven a conectar con la naturaleza

La actividad se enmarca en el ciclo Re-conecta que organiza Compass, la Unidad de Orientación y Bienestar


FotoCedida/

13 | 03 | 2025

Compass, la Unidad de Orientación y Bienestar de la Universidad, en colaboración con el Instituto Core Curriculum, ha celebrado la cuarta y última sesión de Re-conecta, un ciclo dirigido a estudiantes y mentores. El pasado miércoles 12 de marzo, Deliacir “Peca” Macher presentó la cuarta sesión “Conectar con la naturaleza”, que desarrolló Jordi Puig i Baguer, del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad de Navarra.

En un mundo donde la velocidad nos devora y la tecnología nos distrae, el ser humano se encuentra ante una paradoja: busca lo natural, pero al mismo tiempo siente un desarraigo profundo con la tierra. Nos perdemos, nos disolvemos. La desconexión con el entorno afecta nuestra capacidad de relacionarnos, de pensar y de conocernos. En este contexto, el ponente nos propuso un camino para recuperar ese vínculo esencial entre lo humano y lo natural, descubriendo el valor de ambos.

El mensaje central del encuentro giró en torno al valor. Se trata de proponer la mirada atenta a la naturaleza como un ejercicio para pensar y vivir mejor, de entender el entorno natural como una escuela de humanidad, y el cuerpo humano como una presencia de lo natural en mí, que me interpela. La contemplación del entorno natural no solo ayuda a tomar mejores decisiones y a recuperar el equilibrio personal, sino que también estimula la creatividad. Se subrayó que el arraigo es fundamental: lo importante son las raíces, lo invisible, aquello que nos nutre y nos sostiene. Es importante darnos cuenta de que nosotros también estamos arraigados.

La naturaleza nos nutre más con este valor que con beneficio. Se nos ha enseñado a medir el valor en función del beneficio que obtenemos, pero el verdadero valor es un misterio que nos interpela, nos detiene y nos transforma.

Su llamada a respetarlo nos hace bien. Si lo respeto, mejoro como persona, con el mundo. El valor es esa fragilidad que despierta mi asombro, me hace cuestionarme: yo no soy el centro. Es como pensar en el mal tiempo. ¿Existe? Ese concepto solo lo tiene alguien que se cree el centro del universo. Se entiende con las desgracias o catástrofes... pero no porque llueva o haga frío.

Como expresó la canción Txoria Txori de Mikel Laboa, el amor y la naturaleza deben dejarse ser, no poseerse: “Si le hubiera cortado las alas, habría sido mío. Pero de esa manera, no hubiera sido pájaro”. Se citó a Gabriel García Márquez: "Ni el amor es una jaula, ni la libertad es estar solo. El amor es la libertad de volar acompañado. Es dejar ser sin poseer.".

Para conectar con la naturaleza es esencial vivir el presente. La sesión exploró distintos modos de estar en el aquí y ahora: sentir la brisa, escuchar los pájaros, observar las hojas de un haya, caminar por el monte.

Es esencial vivir en el presente, pero en un presente real, ante valores que son reales y concretos, como unas sencillas hojas de haya. No hay dos hojas iguales en el universo, unas hojas de haya con toda su belleza compositiva. 

Se abordó también la importancia de la contemplación como puerta al asombro. En este sentido, se analizaron las pinturas de Caspar David Friedrich, que evocan calma, misterio y pequeñez ante la inmensidad del mundo natural. Como dijo Thoreau, “¿Cómo va a recordar bien su ignorancia -según requiere su crecimiento- quien tiene que usar sus conocimiento?”

El misterio nos reclama. Nos llama. Nos lo dice la naturaleza. También la fragilidad humana. Tenemos que responder, la humanidad responde, como los voluntarios en Valencia. Debemos entender esta llamada y responder a ella, escuchando primero. Se mencionó la labor del agrónomo Toni Raynaud en Níger, quien, sin plantar nuevos árboles, logró recuperar cinco millones de hectáreas de bosque mediante técnicas de regeneración natural. Este ejemplo refleja cómo la naturaleza puede transformarnos si la cuidamos con humildad y gratitud.

Esta contemplación nos descubre el mayor valor de lo contemplado: el poder de transformarnos. Una transformación del corazón. Somos primero lo que hemos recibido. Tanto. Todo. Comidas, cuidados... familia, conocimiento... todo. Yo soy un ser hecho de solidaridad ecológica, humana. 

Abraza un árbol. Sí. La belleza ofrece más que posesión o disfrute. Ofrece comunión. Para que la vida sea... cuidar. Eso es ser humano. Cuidar, siendo cuidados.

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