Estudiantes de Educación y Psicología de la Universidad participan en un workshop sobre Happycracia, la obligación de ser feliz

El pasado mes de noviembre, estudiantes de Educación y Psicología realizaron una dinámica que tuvo como objetivo reflexionar acerca de la presión existente en la sociedad por ser feliz, que aumenta como consecuencia de los contenidos que consumimos en las redes sociales. Esta dinámica forma parte del proyecto de innovación docente La psicologización educativa: efectos de la psicología positiva en la educación familiar y escolar, liderado por la investigadora y profesora de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad, Dolores Conesa.

El germen de este proyecto, relata la profesora, fue la preocupación existente que comparten algunos docentes ante la actual pérdida de reflexión en la sociedad, debida a la conectividad constante en el mundo digital y a la práctica del multitasking; y una búsqueda individual de la felicidad. “Hay casi una obligación moral de ser feliz. Esta presión tiene un coste muy alto: sustituir nuestro crecimiento y nuestra madurez personal por el bienestar individual”. Y añade: “Hay autores que hablan de la pandemia del narcisismo, lo que nos hace volvernos ciegos al bien común, que es aquello que nos hace bien a todos, incluido a uno mismo”.

El proyecto incluía trabajar con los estudiantes el libro Happycracia. Cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas, de los autores Edgar Cabanas y Eva Illouz. “Me parecía fundamental que los estudiantes pensaran acerca del ‘todo está bien’ o ‘la gestión de las emociones’ que está tan de moda. Esta psicología positiva nos lleva a una ceguera ética sobre la que es necesario reflexionar”, continúa la investigadora de la Universidad de Navarra. 

Una dinámica para la reflexión de los futuros psicólogos y educadores

“Al trabajar con este libro, buscábamos que los estudiantes pudieran analizar y reflexionar las consecuencias que tiene la psicologización positiva de la vida en el mundo educativo y que conectasen lo que leían y veían en las clases con su propia experiencia personal”, continúa Dolores Conesa. Tras este análisis, los estudiantes se dividieron en grupos y se organizó una dinámica por la que algunos de ellos realizaron y presentaron sus reflexiones en formato de posters al resto de sus compañeros; y otros de ellos, se organizaron en mesas redondas, analizando algún aspecto señalado en Happycrazia. Fue muy interesante porque ninguna ponencia se repitió y lo que más nos sorprendió a los profesores fue la forma en la que los estudiantes conectaron lo que habíamos visto en clase con su experiencia real”, explica la profesora.

El workshop también estuvo abierto a alumnos de otros grados y cursos de la Universidad de Navarra, lo que enriqueció las reflexiones y el diálogo posterior a las ponencias. “La experiencia fue muy interesante y positiva, y hubo estudiantes que, posteriormente, comentaron que nunca se habían parado a pensar algunos aspectos de su vida que conectan con el contenido que tratamos en la asignatura”, recoge Dolores Conesa.  

Uno de los estudiantes de primer curso de Psicología que participó en el proyecto relata su experiencia: “La actividad fue intelectualmente motivadora, porque la exposición de personas de diferentes cursos fue muy enriquecedora. Además, no se quedó en una clase magistral, sino que nacieron interacciones y debates que realmente suscitaban el interés de quien escuchara. Fue muy entretenido y estoy orgulloso de haber participado, además de haber superado la incomodidad de la exposición en público”.