Imágenes en Navarra del III Centenario de la canonización de Javier (I)
Si por algo destacaron las celebraciones del III Centenario de la canonización de san Francisco Javier en Navarra, fue por la extensión de las mismas, a lo largo de toda la geografía foral, desde la primavera hasta el otoño de 1922.
La información de todo ello nos la proporciona el extenso programa editado y bellamente encuadernado, la monografía de Goñi Gaztambide, en su tomo XI sobre los obispos de Pamplona, la revista La Avalancha, los rotativos regionales y, sobre todo, el libro-crónica sobre el periplo de las reliquias de san Ignacio y san Francisco Javier, editado en 1924 por el padre Constancio Eguía, con gran aparato gráfico. En esta última publicación, un total de 165 páginas dan cuenta puntual de cómo se festejaron y vivieron aquellas conmemoraciones, enmarcadas en el Año Jubilar concedido por Benedicto XV.
Representantes de las Cajas Rurales de Navarra con sus banderas en la peregrinación a Javier el 15 de mayo de 1922. Foto Roldán. Archivo General de Navarra
Misa en uno de los frontones de Javier el 15 de mayo de 1922. Colección particular
La gran peregrinación del cooperativismo agrario en mayo
El día 15 de mayo tuvo lugar en Javier una gran concentración, auspiciada por las Cajas Rurales navarras, a la que acudieron 7.000 agricultores y noventa banderas. La misa, los almuerzos y los desplazamientos, tanto a pie como en vehículos de todo tipo, fueron concurridísimos.
Como es sabido, la acción social de la Iglesia tuvo un frente muy importante en la creación de las Cajas Rurales, en un contexto en el que se buscaban fórmulas que diesen al agricultor el dinero más barato, en forma de créditos asumibles. En Navarra, los abanderados del movimiento fueron los propagandistas y sacerdotes Victoriano Flamarique y Antonio Yoldi, bajo el episcopado de fray José López y Mendoza. El desarrollo fundacional fue tan rápido que Navarra, entre 1907 y 1912, se convirtió en un ejemplo para el resto de España. Los dos mencionados sacerdotes habían acudido a Valencia a un curso sobre asociaciones agrarias católicas, impartido por el padre Antonio Vicent, y se les considera entre los máximos exponentes de la organización del cooperativismo agrario y propagandismo social.
Por la detallada crónica del acto religioso-festivo de mayo de 1922, aparecida en Diario de Navarra, sabemos que hasta Sangüesa llegó un tren especial y desde allí salieron los peregrinos, caminando y en vehículos, hacia Javier “y en medio de aquella baraunda, aunque parezca una paradoja, se reorganizó la caravana que llegó a su destino..., los vehículos inscritos se detuvieron en el alto de Javier, de donde descendieron los peregrinos a pie, procesionalmente, llevando en medio sus banderas. Aquel trozo de carretera semejaba un hormiguero”.
Peregrinos de las Cajas Rurales navarras en Javier el 15 de mayo de 1922. Foto Roldán. Archivo General de Navarra
Peregrinación de las Cajas Rurales a Javier el 15 de mayo de 1922. Foto Roldán. Archivo General de Navarra
Un gran arco ricamente adornado de follaje daba la bienvenida con la leyenda: “San Francisco Javier bendice a los peregrinos”. No faltaron, como en Sangüesa, los elementos tradicionales de toda fiesta: volteo de campanas, cohetes, música, así como colgaduras y reposteros. Antes de la misa, celebrada en uno de los frontones, los peregrinos con sus banderas se colocaron frente al castillo para recibir la bendición con el brazo relicario del copatrono navarro y el Crucifijo del cangrejo. La misa no la pudo celebrar el obispo de Pamplona por haber sufrido una indisposición. Terminado el oficio religioso, en el que intervino el Orfeón de Puente la Reina, dirigido por el coadjutor Epifanio Irigoyen, los grupos se dispersaron para comer. De este último momento han quedado espectaculares fotografías realizadas por el estudio de Roldán y conservadas en la Fototeca del Archivo General de Navarra. Posteriormente, veneraron las reliquias en la basílica y se organizó el regreso, en medio de un viento fuerte y bastante frío.
El padre Constancio Eguía, en la mencionada monografía, anota: “Son hasta siete mil; inmensa masa de gente, toda honrada y sin levadura, que trae la pura intención de estar un día, mano a mano con su santo, en su propia casa. Para llegar a ésta, muchos de ellos han debido recorrer ochenta y cien kilómetros de camino, en autos particulares, en coches, en camiones, en carros, en cabalgatas. Hasta hubo un hombre del pueblo de Abárzuza, distante del castillo sus noventa kilómetros, que, lleno de piedad y sin intimidarse por tan enorme distancia, se vino andando”. Como momentos culminantes señaló en la misma crónica un par: la bendición con el Cristo del cangrejo y el brazo del santo con la multitud arrodillada y la consagración de la misa, señalando que “al alzar, todas aquellas ochenta banderas cayeron ante su divina Majestad, mientras herían el espacio estruendosos cohetes, lanzados desde la torre del Homenaje del castillo. Antes de comenzar la misa, el señor obispo de Jaca bendijo la bandera de la Federación, bordada por las religiosas Josefinas de Pamplona, y otras veinticinco banderas nuevas de otras tantas Cajas Rurales”.
La prensa escrita también reseñó la parte negativa de aquella jornada, con sendos accidentes que se cobraron dos víctimas, una atropellada por un vehículo en Artajona y la segunda bajo las ruedas del tren especial en la estación de Artieda.
Para saber más
Diario de Navarra, 16 de mayo de 1922
EGUÍA RUIZ, C., Reliquias de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier. Su recorrido triunfal por España, Madrid, Blass, S. A. Tipográfica, 1924
FERNÁNDEZ GRACIA, R., San Francisco Javier Patrono de Navarra. Fiesta, religiosidad e iconografía, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2006
FERNÁNDEZ GRACIA, R., “Patrimonio e identidad (62). San Francisco Javier, 1922”. Diario de Navarra, 11 de marzo de 2022, pp. 58-59
GOÑI GAZTAMBIDE, J., Historia de los obispos de Pamplona. XI. Siglo XX, Pamplona, Eunsa, 1999