José Manuel Giménez Amaya. FOTO: Manuel Castells

"Las grandes preguntas sobre el hombre se han diluido desde la Ilustración y prácticamente han desaparecido con la irrupción del marxismo, que ha vuelto trivial la existencia humana. De esta manera, más que propiamente un ateísmo, lo que profesa un sector amplio de la cultura actual es un no teísmo". Así lo indicó el catedrático José Manuel Giménez Amaya, director del Grupo de Investigación ‘Ciencia, Razón y Fe' (CRYF) de la Universidad de Navarra, durante una conferencia que impartió en Asturias sobre ‘El concepto religioso de la vida'.

El profesor de la Facultad Eclesiástica de Filosofía analizó el pensamiento de filósofos como Sócrates, Platón, Aristóteles y Santo Tomás de Aquino. Posteriormente, se centró la modernidad y la posmodernidad que, según apuntó,  se caracteriza por "la renuncia a la verdad, la disolución del sujeto y el adiós a la historia. Con estos presupuestos pensar en el misterio de la Trinidad es casi imposible, pero autores como el francés Fabrice Hadjadj lo han hecho".

José Manuel Giménez Amaya también se refirió al diálogo entre ciencia y religión: "Entre ellas no hay ningún acuerdo, ni siquiera en cuál es la naturaleza de nuestros desacuerdos". Sobre este tema, destacó el papel de Benedicto XVI, que "ha logrado que sus discursos se analicen y se ha visto que responderle exige unos conocimientos de base transversales que muy poca gente tiene".

El profesor animó a suscitar "una reflexión profunda sobre el papel de la Teología en su relación con las ciencias experimentales y en su función rectora como exigencia del pensamiento". Como ejemplo, mencionó su aportación a la Neurociencia: "Su imponente desarrollo en los últimos decenios ha puesto en evidencia su necesidad de recurrir a la interdisciplinariedad para abordar los desafíos que se le presentan. Entre ellos se encuentran aquellos que se refieren a cuestiones decisivas para la comprensión del hombre".