La subdirectora del Máster de Banca y Regulación Financiera, Carmen Aranda, el director académico del Máster Executive en Recursos Humanos y Digitalización, Javier Arellano, y el profesor y titular de la Cátedra Seat de Innovación del IESE, Antonio Dávila, han sido premiados por su artículo Bonos subjetivos y fijación de objetivos en contratos de incentivos basados en el presupuesto por la prestigiosa revista Management Accounting Research. La publicación les ha otorgado el Premio Salomón, considerando el artículo como “una contribución importante al campo de la investigación de contabilidad de gestión”.

La profesora Aranda define el trabajo como “un avance en los sistemas de retribución ligados al nivel de desempeño”. Concretamente indica que “demuestra la posibilidad de personalizar los sistemas de incentivos de redes comerciales mediante contratos implícitos entre empleados y directivos”, lo que contribuye a la motivación para obtener mejores resultados.

La investigación muestra el uso más complejo de la subjetividad en entornos de incentivos basados en presupuestos. Indica cómo al principio se usa la discreción, para establecer objetivos, y al final, para decidir sobre las bonificaciones subjetivas. Esta asociación permite personalizar los objetivos según las diferentes capacidades y características de los empleados. Y, esa personalización, brinda a los gerentes la posibilidad de establecer “objetivos más cercanos al nivel óptimo desde una perspectiva de teoría de establecimiento de objetivos en lugar de limitarse a las alternativas disponibles en los contratos basados en fórmulas”.

Estos descubrimientos indican que los contratos implícitos también son “observables” cuando se vinculan objetivos y su bonificación subjetiva asociada. También dejan ver cómo combinar diferentes herramientas “abre nuevas alternativas para mejorar el entorno motivador de los empleados”.

El profesor Arellano explica cómo recibir este premio es “un hito para cualquier equipo de investigación”. Y afirma que para él ha supuesto “un espaldarazo al trabajo realizado en los últimos años”, además de una motivación para continuar investigando. Defiende que la investigación supone trabajar rodeado de “incertidumbre”. Y que, por eso, más allá del reconocimiento que supone el galardón, “es muy reconfortante y da mucha confianza saber que colegas del máximo prestigio consideran que la línea de trabajo que estamos siguiendo realiza aportaciones valiosas a nuestra área de conocimiento”.