Baztán: inspirado en un famoso palacio

Las tierras regadas por el Baztán-Bidasoa experimentaron un periodo de gran prosperidad durante los siglos XVII y XVIII, coincidente con la llamada “Hora navarra” acuñada por el etnólogo e historiador Julio Caro Baroja. En dicho periodo se acometieron múltiples empresas, renovándose o construyéndose de nuevo edificaciones destinadas tanto a la habitación –véase la visita virtual sobre los palacios baztaneses, en esta misma página web–, como a los servicios de los vecinos del noble valle.

En ese sentido, en 1695 las autoridades del valle decidieron construir un nuevo edificio municipal sobre terrenos y edificios que habían pertenecido al monasterio de San Salvador de Urdax, junto a la vieja parroquia de Santiago. Las obras se ejecutaron durante dos años (1696-1698) por mano del cantero Juan de Arozarena, el carpintero Martín de Iturbide y el herrero Juan de Alberro. En el pliego de condiciones para su edificación se especificaba que debía inspirarse en el diseño del palacio Jarola de Elbetea, financiado por el capitán Miguel de Vergara, que se había enriquecido en América y que ocupaba en aquel momento la alcaldía del valle.

El edificio es cúbico a cuatro aguas, con fachada de piedra a tres niveles, con los sillares esquineros en resalte. El eje central emula efectivamente al palacio Jarola, con un balcón flanqueado por pilastras y orejetas, y coronado con un frontón triangular en el que se inscriben las armas del valle entre pirámides y bolas.