Un mundo
con una sociedad
más compleja
El intercambio entre culturas se ha dado a lo largo de toda la historia de la humanidad. No obstante, el fenómeno de la multiculturalidad ha adquirido nuevas dimensiones a medida que nuestras sociedades se han ido volviendo más complejas. Los fenómenos migratorios y de movilidad a gran escala, la globalización y la hiperconexión -favorecida por las nuevas tecnologías- han propiciado que personas de diversas procedencias entren en contacto e interactúen a diario, e incluso convivan en el mismo entorno profesional, familiar, de amistad...
En este contexto, surgen los siguientes retos:
Vínculos sociales
Generar
espacios para construir conversaciones que lleven a la comprensión mutua y al refuerzo de los vínculos sociales. Favorecer la mediación para resolver los conflictos y desacuerdos.
Convivencia y cohesión
Poner en valor
discursos (mediáticos, políticos, pedagógicos, científicos…) que contribuyan a la convivencia y la cohesión social.
Desarrollo e igualdad
Impulsar
el desarrollo de todos los pueblos y garantizar la paz, la justicia y las libertades. Erradicar las desigualdades por motivos étnicos, religiosos, ideológicos, de género, de edad…
Bien común
Recuperar
el papel de los ciudadanos como protagonistas de la vida pública, capaces de encontrar soluciones orientadas al bien común.
Ley natural y ética
Reconocer
la existencia de una ley natural, así como la idea de que existe una ética universal como antídoto para el relativismo cultural.