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"En Navarra sumamos fuerzas; colaboramos desde el ámbito público y privado porque así prestamos un servicio mejor a los ciudadanos”

REPORTAJE

03 | 09 | 2021

CAMPUS

Texto

FotoManuel Castells

El rector de la Universidad destaca el comportamiento ejemplar de los estudiantes en la pandemia, así como el compromiso de los profesionales y la ayuda de “amigos excelentes”

“La amistad favorece que en Navarra se vaya asentando la idea de que debemos trabajar unidos. Sumamos fuerzas, colaboramos desde el ámbito público y privado en materias educativas y sanitarias, porque sabemos que así prestamos un mejor servicio a los ciudadanos”. Son palabras pronunciadas hoy por el rector de la Universidad de Navarra, Alfonso Sánchez-Tabernero, durante el acto de apertura oficial del curso 2021-22.

Al evento, que por primera vez se celebró en el Teatro del Museo del centro académico, asistieron unas 300 personas, entre los miembros del Pleno de la Junta de Gobierno, las primeras autoridades navarras y una representación de profesores de las distintas facultades y escuelas.

El rector se refirió en su discurso a algunas ideas que han iluminado las decisiones estratégicas de la Universidad en los últimos años. “Tener prioridades claras, profesionales comprometidos y amigos excelentes” son en su opinión los tres pilares sobre los que construir un “edificio sólido”.

Las prioridades de la Universidad de Navarra, según dijo, se resumen en la idea de “servir a los empleados, a los estudiantes, a los antiguos alumnos, a los pacientes de la Clínica y a toda la sociedad”. Quienes trabajan en este centro, agregó, antes que otro propósito, buscan la verdad referida a la ciencia que cultivan y tratan de descubrir la propia misión en el mundo: “En la Universidad sólo trabaja bien quien, además de ser competente en su ámbito profesional, actúa habitualmente con generosidad y espíritu de servicio”.

”La aportación de valor de los profesionales a las instituciones en las que trabajan proviene de multiplicar sus conocimientos, experiencias o habilidades por su grado de compromiso”

La Universidad, un entorno libre, sin presiones externas ni autocensuras

Esta verdad exige, a su juicio, un entorno libre, sin presiones externas ni autocensuras, de modo que sean habituales los debates sobre cuestiones relevantes, en los que el respeto a la opinión contraria es innegociable. “En la Universidad todos deben sentirse libres, respetados y apreciados. Las diferencias de criterio y perspectiva no separan a unos de otros: al revés, enriquecen la vida en el campus”, afirmó.

Tras las prioridades, un segundo elemento básico para avanzar es el compromiso de los profesionales que trabajan en la Universidad de Navarra, señaló el profesor Sánchez-Tabernero. En este sentido, destacó el esfuerzo de los 6.300 empleados del centro académico durante la pandemia, tanto de los profesionales de la Clínica, que “han demostrado el carácter vocacional de su trabajo al servicio de los pacientes” como del personal de administración y servicios, y de profesores e investigadores. ”La aportación de valor de los profesionales a las instituciones en las que trabajan proviene de multiplicar sus conocimientos, experiencias o habilidades por su grado de compromiso”, aseguró.

Por último, los amigos constituyen el tercer factor que garantiza la capacidad de respuesta en los momentos de la verdad: “Cultivar la amistad, compartir los sueños, interesarse por los proyectos ajenos, sumar fuerzas, buscar puntos de encuentro, detectar aspiraciones comunes… ese es el modo de llegar lejos”. Así, recordó la ayuda prestada durante la pandemia a la Universidad de Navarra: los que han ofrecido becas para mitigar el impacto económico de la crisis sanitaria en las familias; antiguos alumnos que han favorecido que los recién graduados se incorporen al mercado laboral; o empresas que han financiado proyectos de investigación referidos a la covid-19. “Son muchas las iniciativas solidarias de los amigos de la Universidad de Navarra -empezando por la propia Asociación de Amigos, cuyo apoyo nunca agradeceremos bastante- que nos animan a contemplar el horizonte con esperanza”, concluyó.

El rector de la Universidad de Navarra terminó su discurso mirando al futuro: “Siempre en la Universidad lo mejor está por llegar” y cada día “nos asombran hechos maravillosos e inesperados”. Una de esas realidades sorprendentes, destacó, ha sido el comportamiento de los estudiantes durante la crisis sanitaria: “En un contexto tan arduo han mostrado su madurez y su sentido de responsabilidad; han afrontado la adversidad con determinación y buen humor; y han convertido las dificultades en oportunidades de crecer y aprender”.

“Son muchas las iniciativas solidarias de los amigos de la Universidad de Navarra -empezando por la propia Asociación de Amigos, cuyo apoyo nunca agradeceremos bastante- que nos animan a contemplar el horizonte con esperanza”

Teología y humor

Al acto asistieron diversas autoridades, entre las que se encontraban María Chivite, presidenta del Gobierno de Navarra; Unai Hualde, presidente del Parlamento de Navarra; Enrique Maya, alcalde del Ayuntamiento de Pamplona ; José Luis Arasti, delegado del Gobierno en Navarra; Santos Induráin, consejera de Salud del Gobierno de Navarra; Francisco Pérez González, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela; Joaquín Galve, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra; José Antonio Sánchez, fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia; Ramón Gonzalo, rector de la Universidad Pública de Navarra; Carmen Jusué, directora de UNED Pamplona; Luis J. Fernández Rodríguez, director de UNED Tudela; Juan Miguel Sucunza, presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra; y Javier Taberna Jiménez, presidente de la Cámara Navarra. 

Tras una Misa en el oratorio del edificio Amigos, el acto de apertura se inició con la lectura de la memoria por parte del secretario general, Jesús María Ezponda. A continuación, el profesor de la Facultad de Teología César Izquierdo impartirá la lección inaugural, “La risa de Sara. Teología y humor”.

En su discurso, se refirió a “La risa de Sara”, esposa de Abraham, ante el anuncio de que, a los 90 años, iba a tener un hijo (Gen 18, 13-15; 21, 6) como el punto de partida para estudiar las relaciones entre la fe, la vida cristiana y la teología con el humor. Tras referirse a las teorías sobre el humor, el autor estableció las tres condiciones básicas para que surja el humor: la capacidad de percepción sintética, la realidad encarnada y el caso concreto. “Estas condiciones se realizan de manera plena en la fe con la que el cristiano responde a los misterios cristianos”, afirmó.

La fe, afirmó, es humorística precisamente porque se presenta como un desafío. “La risa de Sara es la de quien no sabe cómo podrán realizarse las cosas que se le anuncian, pero a la vez es consciente de que está ante quien no hace promesas en falso. Es, en definitiva, la risa ante la gracia inmerecida que llega a su vida y que desencadena un estado de cosas inimaginable. Es el humor suscitado por la gratuidad de los dones de Dios. Es asimismo el humor de una actitud confiada, más aun, abandonada en la verdad, el amor y el poder de Dios”.