Lumbier, la casa consistorial decana de Navarra

En Lumbier, la casa consistorial se erige majestuosa en la Calle Mayor, rodeada de impresionantes fachadas que atestiguan la prosperidad del pueblo desde la Baja Edad Media hasta el siglo XVIII. Entre tantas residencias señoriales, destaca la casa consistorial –construida con piedra, ladrillo y mampostería– por sus singulares características como edificio público.

El edificio se articula en dos plantas. En la baja, un pórtico se forma con dos arcos de medio punto en piedra que descansan sobre un pilar octogonal. Algunos detalles de estos, así como el mencionado pilar achaflanado, sugieren influencias del gótico tardío, lo que indica que esta construcción pudo haber sido erigida entre finales del siglo XV y el primer tercio del siglo XVI, convirtiéndola así en el ayuntamiento más antiguo de Navarra. En comparación, el de Sangüesa, datado en 1569, exhibe un estilo renacentista depurado, como se podrá apreciar más adelante.

Toda la primera planta es de piedra y sobre la cornisa se eleva un piso de ladrillo en el que se abrieron dos vanos provistos de marcos de piedra, reformados con poco gusto, y balconaje de hierro corrido. Entre ambos se puede ver un sencillo escudo de piedra con las armas de la villa, que heráldicamente se define así: “De azur y un castillo de tres torres almenadas de tres almenas, la central más alta que las laterales. El castillo con estrella de ocho puntas en el flanco siniestro y de un creciente ranversado de plata en el diestro”. La fachada termina en alero saledizo, sustentado por canes de madera.

Los arcos conducen a un soportal bastante modificado con un techo plano de vigas cuyo espacio original se redujo al incorporar dependencias del propio consistorio a ambos lados. A través de una portada con un arco de medio punto compuesto por excelentes dovelas, se accede al vestíbulo, donde destaca una sólida barandilla de madera que flanquea la escalera.

La casa consistorial presenta alteraciones estructurales, tanto en fachada como en interiores, ya que en 1879 se vio consumida en parte por el fuego. Más recientemente, a finales de la década de los 80 del siglo pasado, se realizaron obras para su adecuación que importaron casi 13 millones de pesetas. Esta intervención fue financiada en parte con la ayuda del Gobierno de Navarra.