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Ayuntamientos navarros (III):
merindades de Sangüesa y Tudela

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Ablitas, un ejemplo de adaptación al cambio

En la plaza de los Fueros, que cierra uno de los lados menores del rectángulo que la conforma, frente a la antigua casa condal de los Enríquez de Lacarra, se encuentra la antigua casa consistorial de la villa, aunque eclipsada por la primera. En su aspecto externo muestra una arquitectura de apariencia rural, con impronta de la última reforma de mediados del siglo XX.

Se desconoce la fecha de construcción de la casa consistorial y si anteriormente existió otra, aunque estilísticamente puede datarse al mismo tiempo que la mencionada casa condal, del siglo XVI. La primera referencia documentada data de enero de 1606, cuando se presentaron los planos y se adjudicó la construcción, a través de una subasta, a Juan de Rama, vecino de Tarazona.

En 1645 se aprobaron las capítulas de la obra de la casa de la audiencia y cárcel, que se construyó en el bajo por José Pérez, vecino de la misma villa. Financiada por Gaspar Enríquez de Lara y Navarra, la nueva estructura constaba de planta baja y dos niveles superiores, con la escalera ubicada fuera del edificio, hacia el corral, frente al vestíbulo de la puerta de entrada. Las paredes eran de ladrillo, la puerta principal estaba tallada en sillería y tenía 14 palmos de altura. La fachada era lisa hasta la cornisa de los corchetes, debajo del alero de ladrillo, compuesto de cinco hiladas, tres orlas y dos dentellones. El vestíbulo era de piedra mediana y la sala de audiencia y cárcel, de ladrillo con yeso. La construcción se completó en 1647.

En 1766, Pedro de Rada realizó una ampliación de las antiguas casas del ayuntamiento. Los evaluadores José Ruidíez y Esteban Pueyo, maestros albañiles de Cascante y Tudela, encontraron la obra conforme a los planos y especificaciones adjuntas, pero recomendaron cerrar los arcos de los extremos de la fachada principal, ya que no se habían previsto adecuadamente en el diseño.

Un mes después, el citado Ruidíez se encargó de reconocer las fábricas nueva y vieja en su conjunto y encontró que la escalera era muy antigua y que carecía de suficiente luz para transitar por ella hacia la nueva ampliación. Ese mismo día diseñó la que existe actualmente, que fue realizada por Javier de Garbayo, maestro albañil de Tudela. Además, se cerró la puerta que daba a la calle de la iglesia y se reformó la sala de juntas con un nuevo solio, asientos y mesas.

Diez años después se revisaron las paredes y los arcos del acceso principal. Tomás Casado, maestro albañil de Ablitas, emitió un informe que indicaba el estado de peligro del muro exterior, ubicado en la calle de la Iglesia, y la ruina del muro que separaba la cárcel del calabozo, bajo la cámara del secreto. En la reparación se sacó la puerta existente en la construcción vieja y se construyó un nuevo arco de ladrillo.

A mediados del XIX, con una situación económica más desahogada, se llevaron a cabo diversas reformas en la casa consistorial. En 1857 se adjudicó a Ángel Sada, vecino de la localidad, la consolidación del edificio (6 000 reales de vellón), rehaciéndose la pared lateral de la calle de la Iglesia y reemplazando el tejado. Una década después, ante el precario estado del edificio, Julián Arteaga, a la sazón arquitecto municipal de Tudela, lo inspeccionó, declarándolo en estado de ruina. La reforma, que contempló una ampliación relativa de los metros construidos para poder acoger todas las funciones requeridas, no se emprendió hasta 1900 debido a los problemas económicos del regimiento.

Salvando algunas reformas posteriores para su acondicionamiento interior, la estructura se mantuvo prácticamente inalterada hasta finales de los 80 del siglo pasado, cuando las nuevas necesidades hicieron necesaria una mudanza, aunque el viejo ayuntamiento siguió utilizándose como sede de distintas asociaciones abliteras y como almacén municipal, debido a su privilegiada ubicación. La nueva sede, ejecutada entre 1985 y 1988, importó 25 millones de pesetas, y no tiene especial relevancia ni en lo histórico ni en lo arquitectónico.

En 2009, la antigua casa consistorial fue completamente reformada, utilizando casi 140 000 euros del Fondo Estatal de Inversión Local. Cinco años antes, el deterioro progresivo del edificio provocó el desprendimiento de una parte de su alero superior, que cayó al suelo sin causar heridos. Entre otras mejoras, se habilitaron tres aulas en el segundo piso del edificio y se instaló un ascensor. En la planta baja se mantuvieron los locales de la Policía Municipal, el almacén y el botiquín, mientras que en el primer piso se rehabilitaron las salas de uso institucional. En 2022 se acometió la última remodelación del edificio, invirtiéndose casi 40 000 euros. Los trabajos se centraron en la restauración de la fachada y de todos los elementos que la conforman. Con estas mejoras, se buscó adaptar el edificio para darle otros usos y albergar un punto de información turística y otras actividades.

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Hemerotecas del Diario de Navarra y del Diario de Noticias.

Páginas web de los Ayuntamientos de Ablitas, Arguedas, Cascante, Corella, Tudela, Villafranca, Lumbier, Roncal y Sangüesa.