El exterior

El exterior de la Capilla de San Fermín evidencia en alzado su concepción barroca, de cruz griega inscrita en cuadrado, abrazado el todo por una doble ala con pretensiones se palacio, en dos pisos, el inferior de piedra con grandes arcadas, y el superior, de ladrillo y con vanos rectos, unos y otros enrejados. El testero y su paño contiguo presentan sendos óculos, (que antes habían sido ventanas rectangulares, como evidencian sus improntas) entre las armas heráldicas de la Ciudad de Pamplona, en cerámica sobre resaltes. Los paramentos, delimitados por pilastras en sus ángulos, rematan en frontones triangulares, con óculos ciegos en sus tímpanos. Aquí el ladrillo está perfectamente trabajado, especialmente en las cornisas, que al presentar moldura curva, requirieron moldes plantillados. Por encima se alza el tambor octogonal, de ventanas rectangulares rematadas en frontones triangulares, y con cornisa, cada una de cuyas facetas aparece decorada por seis ménsulas. El culmen viene constituido por la linterna, reedificada en 1823-1824, que remata en cruz metálica.