ACERCAR EL PATRIMONIO. CORELLA
25 de agosto 2010
La Corella oculta. Tras las celosías de las clausuras de la ciudad
D. Ricardo Fernández Gracia. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
El caso de Corella respecto a las manifestaciones del arte barroco y las devociones que partieron de las órdenes religiosas no difiere en nada de lo que ocurría en el resto de España. Si acaso, el fenómeno fue mucho más importante al encontrarnos en la localidad con nada menos que cuatro conventos, lo que la sitúa en la ratio convento/habitantes en la primera de la Navarra de aquellos tiempos
Carmelitas Descalzos en sus ramas masculina y femenina, Mercedarios y Benedictinas desplegaron en sus iglesias y fuera de ellas -por todo el espectro urbano- unas devociones que trajeron consigo, mediante el desarrollo de unas iconografías, visibles en imágenes, cuadros y piezas de artes suntuarias, todavía presentes en templos, colecciones particulares y otras instituciones de la localidad. Junto a lo visual un sinnúmero de prácticas religiosas como novenas, sermones, Salves, siestas y fiestas fueron calando en familias, personas e instituciones, pudiéndose rastrear al día de hoy varias prácticas devocionales con origen en determinados momentos y otros tantos religiosos y religiosas que vivieron o pasaron por Corella.
Particular interés mostraron aquellas órdenes religiosas en divulgar las advocaciones de la Virgen que les eran propias, en pleno periodo de la Reforma Católica, tras el Concilio de Trento. Los hijos de Santa Teresa promovieron el culto y la iconografía de la Virgen del Carmen, desde los excelentes ejemplos escultóricos del Carmen y de Araceli, hasta los escapularios bordados y grabados, pasando por un sinfín de lienzos y capillas o escaparates que reproducen con fidelidad altares con todo tipo de adornos. Otro tanto hicieron los Mercedarios con la Virgen de la Merced y las Benedictinas con la Virgen del Socorro, tan divulgada en los monasterios de los hijos e hijas de San Benito. Por lo que se refiere a la Virgen del Carmen y de la Merced, de nada sirvió la Bula de Urbano VIII de 1642 por la que prohibía que se vistiese a María con hábitos de las órdenes religiosas.
Una advocación mariana de carácter local, la Virgen de Araceli, fue asociada a las Carmelitas Descalzas desde el mismo momento de su fundación, en 1722, con lo que las religiosas se convirtieron en “camareras perpetuas” de la imagen, velando por su adorno y culto. Estampas grabadas a buril, litografías, fotografías, pequeños altarcitos en los consabidos escaparates, escapularios, novenas, música y piezas de oratoria dan buena cuenta de todo el mundo festivo organizado en torno a aquel simulacro mariano.
Otras destacadas iconografías en la ciudad derivaron del impulso devocional dado por los citados institutos religiosos a sus prohombres y fundadores. Así, los Carmelitas divulgaron el culto y las imágenes de Santa Teresa, San Juan de la Cruz y el mítico San Elías, los Mercedarios hicieron lo propio con San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato y Santa María de Cervelló y las Benedictinas con San Benito, Santa Escolástica, San Plácido o Santa Gertrudis. Lienzos de primera calidad importados desde la Corte, en donde mejor arte se consumía, salidos de los pinceles de Pedro Orrente, Claudio Coello, José Ximénez Donoso y Espinosa de los Monteros son un perfecto exponente de los gustos y niveles artísticos alcanzados en la ciudad a lo largo de los siglos XVII y XVIII.
Todas aquellas imágenes, las de grandes artistas, las de otros de menor categoría y las de carácter popular, cobraron una especial dimensión, en unos momentos en que la mayor parte de la masa social no sabía leer y los medios de difusión de la cultura iban necesariamente por los caminos de la expresión plástica y de la oratoria.
Junto a las piezas artísticas de arte figurativo, no se puede dejar de mencionar un importantísimo repertorio de partituras musicales –himnos, gozos o arias- dedicadas a la exaltatio gaudium en las festividades de todos aquellos modelos de santidad que, a veces con competencia, se esforzaban por divulgar los religiosos establecidos en Corella durante aquellos siglos del Barroco que, como es sabido, trata de cautivar mediante los sentidos, siempre más débiles que el intelecto.
Capítulo aparte lo constituye todo el conjunto de obras de interés cultural que guardan o guardaron los conventos de la ciudad, parte del cual aún se conserva y queda para su exposición en otra ocasión.
Virgen del Carmen. Convento de Araceli de Corella, f. XVII
Lienzo de José Ximénez Donoso con s. Benito y Sta Escolástica. Antiguo convento de la Encarnación de Corella
Visión de Santa Teresa, por Pedro de Orrente en el Convento del Carmen de Corella
PROGRAMA
Martes, 24 de agosto
Hitos en la Historia de Corella
D. Esteban Orta Rubio. Sociedad de Estudios Históricos de Navarra
Escritores y publicistas de la Corella del Barroco
D. Javier Itúrbide Díaz. Uned de Tudela
Corella en la cultura y el arte del Barroco
D. Ricardo Fernández Gracia. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
Miércoles, 25 de agosto
La Corella oculta. Tras las celosías de las clausuras de la ciudad
D. Ricardo Fernández Gracia. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
Las artes suntuarias: al servicio del esplendor del Culto y la Liturgia
D. Ignacio Miguéliz Valcarlos. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
El calendario festivo
D. Francisco J. Alfaro Pérez. Universidad de Zaragoza
Visita a la iglesia de San Miguel
Visita a los túneles
Jueves, 26 de agosto
Recorrido por la arquitectura y las artes en Corella en los siglos XIX y XX
D. José Javier Azanza López. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
La imagen del Rosario y San Miguel en las artes
Dña. Mª Gabriela Torres Olleta. GRISO. Universidad de Navarra
Corella, ciudad conventual y palacial: visita guiada
Dña. Pilar Andueza Unanua. Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
Clausura