Las iglesias del Renacimiento en el valle del Baztan
Por María Josefa Tarifa Castilla
Las recepción de la teoría de la arquitectónica del renacimiento: las cubiertas aveneradas
Las iglesias parroquiales de Ziga, Gartzain y Lekaroz presentan una característica que no poseen el resto de los templos del valle de Baztan construidos en el siglo XVI, una singularidad que a su vez las hace partícipes de la asimilación de las formas renacentistas en su fase manierista, y que es el empleo de una venera o concha gallonada pétrea para cubrir el espacio absidal. Templos, por tanto, que están a la última moda en el sistema de cubiertas empleado, al utilizar otras formas de abovedamiento de tipo clásico, frente a las omnipresentes bóvedas de crucería existentes en el resto de los templos navarros del quinientos. Una cubrición vanguardista en el contexto de la arquitectura hispana del Renacimiento, que estaba siendo acometida por los canteros que trabajaban en esta centuria en los focos más avanzados artísticamente del territorio peninsular, bajo las órdenes de destacados arquitectos como Diego de Siloe, Jerónimo Quijano o Martín de Gainza, entre otros.
La realización de este tipo de abovedamiento exigía un elevado conocimiento en estereotomía, es decir, la técnica necesaria en el corte de las piedras que permitan su aplicación en la construcción, como recoge el Libro de traças de cortes de piedras de Alonso de Vandelvira, en una de cuyas hojas explica el modo de acometer esta cubrición de concha avenerada. Para ejecutar este tipo de cubierta, los maestros canteros debían poseer un gran conocimiento del diseño geométrico, ya que es necesario tener la habilidad suficiente para desarrollar en un plano horizontal las superficies cónicas, para lo cual se ayudaban de patrones diseñados con un tipo de escuadra denominada baibel.
Sin embargo, en el territorio navarro, una zona con una larga tradición en el uso de la crucería nervada, este tipo de cubiertas de diseño casetonado fue entendido como una solución propia del nuevo mundo romano, por lo que apenas se difundió en el área septentrional, aplicándose únicamente además a las parroquiales de Eratsun, Beintza-Labaien, Narbarte, Oieregi y Lerín, templo este último en que trabajaba desde 1591 el cantero baztanés Juan de Garaicoehea.
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