Las iglesias del Renacimiento en el valle del Baztan
Por María Josefa Tarifa Castilla
Iglesia de San Bartolomé de Lekaroz
La iglesia de San Bartolomé de Lekaroz fue fruto de dos importantes fases constructivas. La primera, acometida a partir de la década de 1570 bajo la dirección del cantero Pedro de Oiz, natural de Gartzain, en la que el edificio adquirió su configuración actual en planta y alzados como un templo de cruz latina, si bien en los años noventa también se llevaron a cabo algunas reformas de la mano de los canteros Juan de Sarrate y García de Bértiz. La segunda etapa corresponde a la reforma barroca del siglo XVII en la que se ejecutó la bóveda de cañón con lunetos que cubre la nave, así como la sacristía en el lado de la Epístola, intervención que fue estimada en 1632 por el veedor eclesiástico Francisco Palear Fratín y Martín de Zubieta. En 1896 se derribó la torre primitiva para dar paso a la actual, obra del arquitecto Lino Plaza.
El templo sigue la tipología de planta de cruz latina, compuesta por una nave de cuatro tramos, crucero poco saliente y cabecera poligonal de cinco lados, a la que se unen por el lado de la Epístola la torre y la sacristía, y el coro alto a los pies. El interior del edificio, de muros enlucidos, carece de unidad formal, como se aprecia en el sistema de abovedamiento, correspondiendo a la época renacentista la pétrea concha avenerada decorada con gallones que cubre la cabecera, de sillar rosáceo, así como el crucero sobre el que voltea una bóveda vaída decorada con nervios terceletes, enlazados con otras nervaturas que dibujan una cruz de cuatro puntas, de diseño cóncavo-convexo, que terminan en patas de gallo, y en torno a cuya clave polar se inscribe un círculo. Al Barroco corresponden las bóvedas de cañón con lunetos de la nave, decorada con labores geométricas en yeso, estructurada por arcos fajones que descansan en una moldurada cornisa sobre placas recortadas que recorre todo el perímetro de la iglesia, confiriendo cierta uniformidad al interior.
Aunque la mayor parte de los muros exteriores están enlucidos, se puede apreciar la combinación de la mampostería empleada en la fábrica del XVI en la cabecera y crucero, con el sillar perfectamente escuadrado de la zona de los pies, que se repite en la torre construida en 1896, quedando todo el lateral sur del edificio rodeado por el procesionario formado por arcadas de medio punto y pilares pétreos, sobre el que se inscribe la casa de la serora, con una alargada balconada de madera.
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