El asilo San José (Fundación Larrosa)

En la carretera de Ibero se levanta el antiguo asilo San José, un establecimiento de beneficencia fundado por José Larrosa y Romeo en 1902 para asistir a “varones pobres inutilizados en el trabajo”, con preferencia para los vecinos o naturales de Echauri, Ororbia y Villava. El fundador, un rico comerciante que formó parte del consejo de administración del Crédito Navarro, legó su casa y finca de Ororbia, además de una suma de noventa mil pesetas. En el gobierno del asilo se sucedieron varias órdenes religiosas, que añadieron la enseñanza de niñas y párvulos al cometido asistencial originario. Las Hijas de la Cruz lo hicieron por mayor tiempo, entre 1911 y 1960.

Del primer edificio que acogió el asilo no queda nada, pues se vio atacado por una plaga de termitas que obligó a la construcción de uno nuevo. Las monjas contaron con la colaboración económica del Concejo, que les prestó cincuenta mil pesetas en condiciones ventajosas. El proyecto, fechado en 1958, corrió a cargo de un nieto del fundador, el renombrado arquitecto José Yárnoz Larrosa (1884-1966). En su trayectoria se pueden destacar la restauración del castillo de Olite y la ampliación del Palacio de la Diputación de Navarra –ambas en colaboración con su hermano Javier, quien se exiliaría tras la guerra civil–, el monumento a los Caídos, la iglesia de San Miguel y el instituto de la plaza de la Cruz en Pamplona o las sedes del Banco de España en varias ciudades, incluyendo la de Pamplona. El asilo de Ororbia es una obra menor que se aleja del clasicismo monumental desplegado por Yárnoz en buena parte de sus trabajos.

El nuevo edificio replicó la distribución del anterior, aunque en una ubicación más alejada del río para no exponerlo a inundaciones. En la planta baja se situaban las aulas y la capilla con su sacristía, y en la primera, las dependencias de las monjas, el comedor, la cocina, la enfermería y un gran dormitorio para los ancianos. El alzado exhibe un gran desarrollo horizontal con puerta de acceso en la parte central. Destaca por su sobriedad, solamente rota, tal y como se observa en el plano original de la fachada sur, por la galería soleada para los enfermos, sostenida por sendos estribos que a su vez delimitan el ámbito de la capilla.