Cambistas: marchando hacia el infierno, ante la mesa y cortándose la lengua

Dentro del pecado de la avaricia, podemos destacar los castigos de los cambistas o prestamistas. Tres veces aparecen representados estos personajes en Tudela. En una dovela, aparecen marchando hacia el infierno, uno con una bolsa de monedas en la mano y otro portando la tabla de cambios. En otra, un banquero sentado ante la mensa nummularia que usaban para el oficio es castigado por dos demonios que le abren la boca con tenazas, ya sea para hacerle tragar sus riquezas, ya para cortarle la lengua, castigo que sufre también otro personaje en otra dovela. Efectivamente, se consideraba que el pecado del usurero, además del fraude, era el engaño y la mentira, y una idea extendida en la Edad Media era que el órgano pecador (en este caso, la lengua) era el órgano castigado. En cuanto al castigo de hacer tragar las riquezas, decía Gonzalo de Berceo sobre los usureros: "Mentranlis por las bocas el oro regalado: diran que non oviesen el tal aver ganado". También en una leyenda recogida por Jacques de Vitry se cuenta que un avaro pidió ser enterrado con una bolsa de sus riquezas al cuello, y cuando sus familiares abrieron su tumba descubrieron horrorizados unos diablillos que le hacían tragar monedas incandescentes.

     
Fotos: Carlos Martínez Álava