San Miguel de Aralar
Por Carlos J. Martínez Álava
Detalles decorativos
No son demasiadas las esculturas románicas decorativas que conserva el santuario. Ya se han citado los escasos canecillos figurados del exterior. Los más significativos se concentran en la mitad occidental del templo, del nártex a la capilla de San Miguel. Se enmarcan dentro de la fase estilística vinculada con el románico pleno. El resto del santuario, anterior en el tiempo, es parco en recursos decorativos.
Los capiteles de los vanos, tanto del acceso de los pies como de la capilla de San Miguel, llevan un elegante repertorio de hojas hendidas y estilizadas con volutas, bolas o picos en los ángulos superiores. Sus detalles están fantásticamente conservados. También destacan los cimacios, que acogen flores y hojas en abanico, iguales a las que podemos contemplar en la portada de Zamartze. Son obra de la misma mano. El resultado es esmerado y elegante. Y en comparación con el resto del edificio, brillante en ejecución y diseño. Ilustra perfectamente el trabajo de un magnífico taller.
En la fotografía mostramos un bello mascarón animal, quizá un león, de cuyas fauces nacen caulículos vegetales. Se encuentra a la izquierda de la ventana del hastial de la capilla, y hace pareja con otro parecido en la puerta occidental. Realmente está muy conseguido. Y muestra un tema que tendrá gran recorrido en el arte medieval navarro, anunciando ya los green-man góticos.