San Miguel de Aralar
Por Carlos J. Martínez Álava
Retablo de San Miguel de Aralar
El retablo de San Miguel in Excelsis es una obra fundamental del románico. Es considerado como uno de los más bellos y excepcionales conjuntos de esmaltes medievales. Para cualquier visitante supone una gratísima sorpresa encontrar en lo alto de la sierra una pieza tan singular y extraordinaria.
Como las grandes piezas de la historia del arte, lo tiene todo: belleza formal, debate historiográfico y crónica de sucesos. Hay que recordar que en la noche del 25 al 26 de octubre de 1979 todas las placas figuradas fueron robadas. Por fortuna, la práctica totalidad de las piezas fueron recuperadas a partir de 1981, pudiéndolo contemplar hoy prácticamente completo. De ahí los actuales sistemas de seguridad.
Mide casi dos metros de longitud por 122 centímetros de altura. En el centro, presiden el conjunto la Virgen y el Niño, en mandorla, dentro de una cenefa lobulada de cabujones. En sus enjutas se sitúa el Tetramorfos. A ambos lados de la Virgen y el Niño se disponen doce figuras en dos registros de arcadas de medio punto. En el superior vemos a los Apóstoles. El inferior es más complejo y controvertido. A la derecha aparecen los tres Reyes Magos con sus presentes; a la izquierda, un ángel, identificado tanto con San Miguel, como con el arcángel Gabriel, seguido de María y en último lugar, un personaje masculino, reconocido bien como San José, bien como Isaías/David. En la parte superior se acumulan elementos decorativos: en el centro cuatro apóstoles más, con cabujones de cristal de roca; en los laterales 9 semiesferillas por cada lado (en el izquierdo faltan dos), decoradas con animales fantásticos y entrelazos.